
Hallan los restos de un gladiador que luchó contra un león en un espectáculo romano
Expertos encontraron mordedura de un felino de gran tamaño
Todo lo que se sabe de los combates entre gladiadores romanos y fieras procede de los textos y las representaciones artísticas de la época, unas luchas épicas que el cine y la literatura han recreado desde siempre. Sin embargo nunca se habían encontrado pruebas de estos espectáculos. Hasta ahora.
Hoy un estudio publicado en la revista Plos One da cuenta de un descubrimiento inédito: el primer esqueleto de un gladiador con marcas en los huesos provocadas por la mordedura de un felino de gran tamaño -probablemente un león- hace más de 1800 años en un yacimiento situado a las afueras de York, Inglaterra.
El hallazgo no solo prueba la existencia real de estos espectáculos, sino que además constata que estos brutales entretenimientos también se celebraban en los lejanos territorios del Imperio y no solo en el Coliseo de Roma
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Marcas de león
Uno de los esqueletos, de un varón de entre 26 y 35 años, estaba enterrado en una fosa con otros dos individuos y recubierto de huesos de caballo. El análisis reveló que, en vida, este hombre había sufrido problemas de espalda causados por sobrecarga, inflamación en un pulmón y daños en el muslo. Además, de niño padeció una desnutrición de la que después se recuperó.

En el hueso de la pelvis, los investigadores hallaron una marca de incisivo de león -que se comparó y coincidió con la mordedura de un león de zoo-, que no estaba cicatrizada y que, probablemente, fue la causa de su muerte.
Para Thompson, "este descubrimiento es la primera prueba física directa de que tales acontecimientos tuvieron lugar en este periodo, lo que modifica nuestra percepción de la cultura romana del entretenimiento en la región".
Al estudiar el resto de los esqueletos y el esmalte de los dientes, el equipo descubrió que procedían de una gran variedad de provincias romanas de todo el mundo y que sus muertes eran coherentes con el combate de gladiadores.
Además, todos ellos tenían una constitución especialmente fuerte como resultado del entrenamiento y una gran cantidad de lesiones ya curadas y asociadas a la violencia, indicios que sugieren que los hombres enterrados eran Bestarius, un tipo de gladiador formado por voluntarios o esclavos.
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