Joven con hiperacusia
El sonido de un bebé que llora, el que se hace al mascar chicle, púede ser muy irritante para quien sufre de hiperacusiaCortesía

¿Sufres de hipersensibilidad auditiva?

Este trastorno afecta a 1 de cada 50.000 adultos. No tiene cura, pero sí hay alternativas de tratamiento.

¿Eres intolerante a los sonidos y ruidos que otras personas perciben como normales: ladridos de perros, silbidos, truenos, globos en explosión e incluso el roce de la ropa? Entonces, probablemente sufres de hipersensibilidad auditiva o hiperacusia. Una afección que además puede manifestarse con dolor de oído y tinnitus (zumbido o pitidos en los oídos), y si no se trata a tiempo afectar tu calidad de vida, explica el otorrinolaringólogo Ignacio Pacheco, del Centro médico Gilbert.

La hiperacusia tiene efectos negativos en la vida de quienes la padecen. Desde alteraciones del sueño y dificultad para concentrarse, hasta desgaste emocional y psicológico con episodios de depresión, ansiedad, estrés o ataques de pánico. Al punto que el afectado prefiere aislarse de su entorno social porque las voces y los sonidos más cotidianos le generan molestias”, asegura Yaicar Mora, fonoaudióloga de la Clínica Andes Visión, quien asegura que esta extrema sensibilidad auditiva la padecen 1 de cada 50.000 adultos.

Según el doctor Pacheco este trastorno, que afecta a cualquier persona sin distinción de género o edad, tiene predominio  femenino, por lo general es temporal y suele solucionarse con medicación; sin embargo puede ser más difícil de sobrellevar conforme pasan los años debido a la fatiga auditiva. "Aquello sucede porque la corteza auditiva, que procesa los sonidos en el cerebro, se abruma fácilmente cuando hay exceso de sonido", añade la fonoaudióloga Paucar.

La intolerancia a los sonidos viene acompañada de dolor de oído, tinnitus y ataques de pánico.

Los factores detonantes

Las causas de esta afección aún no han sido establecidas con claridad. Se atribuye a lesiones en el nervio auditivo de tipo congénitos o adquiridos, a la exposición a ruidos de alta intensidad por tiempo prolongado, las detonaciones de armas de fuego, así como a los acúfenos (silbido o zumbido en uno o ambos oídos), los trastornos de la articulación temporomandibular y en las personas que padecen migraña y depresión.

Otras de las causas son una contusión cerebral, enfermedades de Lyme o Méniere, tinnitus, parálisis facial.

Qué hacer

Consulta a un otorrinolaringólogo. Una audiometría tonal permitirá determinar la hipersensibilidiad auditiva. Y aunque no hay cura para este mal, hay algunas alternativas como la Terapia de Sonido y Reeducación Auditiva, para lograr reducir la sensibilidad a los sonidos.

"Consiste en la aplicación de un audífono donde la exposición al ruido es diaria, con una duración de entre 6 y 8 horas, durante un período de 12 a 18 meses, y asesoramiento conductual con el fin de ayudar a los pacientes a manejar la ansiedad y los miedos asociados al trastorno", recalca Yaicar Mora.

Otros sonidos insoportables son los que produce un cuchillo o tenedor sobre el plato, los del trueno, fuegos artificiales, motocicletas; el llanto de un bebé o mascar chicle.