Buenavida

Gina y Mónica Moreno, la esencia que las une

Dos hermanas talentosas, unidas por el corazón y el diseño, pero distintas en todos los sentidos.

Gina y Mónica, diseñadoras de joyas
Las hermanas Moreno se dedican al diseño de joyas.Karina Defas

Ambas brillan por sí mismas, no solo por las joyas que diseñan, sino también por su interesante trayectoria e historia personal que se enfatiza con lo diametralmente opuestas y cercanas que son a la vez. En el trabajo de cada una se traduce su alma y esencia, lo que facilita una certera lectura; sin embargo conocerlas más a fondo, detrás de sus obra, es embarcarse en un viaje intenso y lleno de sorpresas. A ambas las entrevisté en diferentes momentos (¡me niego a recordar hace cuánto!) y ahora las encuentro más fuertes, libres, realizadas en diferentes aspectos de su vida y asentadas en pensamiento, madurez y la sabiduría que otorga el tiempo.

Una nueva aventura en el diseño

Con 55 años cumplidos Gina empezó en el oficio de la orfebrería en un taller compartido luego de haber estudiado joyería (y tapicería en telares) en España y a nivel local. Desde el inicio sintió una fascinación no solo por el diseño sino por todo el proceso de fabricación ya que considera que el arte del diseño es involucrarse de lleno en el desarrollo de la creación. Durante su tránsito por la industria de la joyería ha experimentado una evolución constante que ha tenido que ver con la urgencia del mercado y con la flexibilidad de una artista urgida por una perenne necesidad de cambio. En ese sentido ha expuesto en varios escenarios y ferias locales logrando un nombre propio que ha sido reconocido en el medio.

Actualmente, Gina emprende una nueva etapa de su carrera artística en San Francisco (USA) donde está radicada junto a su esposo Pablo Iturralde, su compañero, amigo, cómplice por más de 35 años. Con 3 hijos adultos, decidieron dar un salto de fe dispuestos a una aventura que está siendo una gran experiencia de vida, como pareja e individuos con aspiraciones y metas propias.

En la ciudad californiana trabaja junto a otros artistas, en un taller de orfebrería donde ha encontrado una nueva voz de creación con piezas más dinámicas y livianas, propias de la personalidad que enmarca el lugar. El último año ha expuesto en dos ocasiones y el próximo febrero lo hará con 4 colegas orfebres está contenta con la respuesta de ese mercado: “Lo que hacía antes en Ecuador es totalmente diferente a lo de hoy y me encanta porque sigo aprendiendo cada día con creaciones en plata, sin piedras, porque la mujer allá es distinta a la ecuatoriana que es más ostentosa y sofisticada. Trabajo en un taller colaborativo con maestros orfebres. Siempre hay espacio para aprender. Todos los días hay algo nuevo en tecnología y herramientas de diseño que es importante saber para seguir creciendo. Me encanta este oficio porque es mágico ver cómo un boceto plano de una pieza, se convierte en un escultural tridimensional al construir una joya. ”.

En evolución constante

A su vez, Mónica lleva 18 años en el oficio del diseño y a lo largo de su carrera se ha destacado por crear piezas imponentes con piedras preciosas y semipreciosas que ha expuesto a nivel local e internacional con varias colecciones que le han llevado a distinguirse en el mercado. Empezó en el diseño de joyas como un hobbie, por una necesidad de crear lo que ella aspiraba en una pieza de arte pues, hasta entonces, nada le atraía para su uso personal.

Sensible y talentosa, Mónica tomó varios cursos y fue aprendiendo sobretodo de manera autodidacta, apoyada con dos orfebres que la han acompañado en el trayecto. Sus piezas, reconoce, se han diversificado y pulido con el tiempo, en cada una de las colecciones que ha creado, (18 hasta ahora) y que se han expuesto en Nueva York, Costa Rica y España donde su obra es apreciada. Hace pocos días acaba de exhibir la última en un espacio de arte compartido con la pintora Carla Alvarez y el también reconocido artista Daniel Iturralde, hijo de su hermana Gina, quien cuenta con obras pictóricas de gran impacto visual. En la exposición Mónica presentó varias piezas producto de un cúmulo de emociones que la pandemia provocó en ella: tristeza, fuerza, alegría y también esperanza. A sus 53 años, considera que la siguiente etapa de su carrera está en plena definición pero, asegura, seguirá evolucionando hacia otras aristas del arte, como un paso lógico de su crecimiento personal y profesional.

Las hermanas Moreno mantiene una buena comunicación
Ambas aman el arte, son psicólogas y comparten la dicha de tener familias muy unidas.Karina Defas

Lo sublime

Sus vidas se han conjugado en varios paralelismos que las acercan más aún. Ambas también estudiaron psicología y aunque Mónica abandonó la carrera porque interpuso a la familia como su prioridad, Gina logró equilibrar la balanza y suma más de 14 años abordando terapias trans personales en una ruta que seguirá firme mientras continúa en el diseño de joyas. A la vez, las hermanas comparten la dicha de tener familias fuertes y muy unidas, con hijos que han crecido, la mayoría, con marcados tintes de arte en sus venas: “Las dos somos súper sensibles y creativas y compartimos un espacio que nunca será competencia entre ambas. El metal y las piedras jamás serán un motivo de separación. Prefiero dejarlo todo que separarme de Mónica”.

Casada hace 32 años con Gonzalo Chiriboga, Mónica se siente agradecida con su esposo por todo el apoyo que ha recibido a lo largo del tiempo para llevar adelante su carrera en el diseño. Así mismo, sus 4 hijos quienes siempre la alentaron a no declinar sus metas profesionales: “Cada día amo más a Gonzalo y lo admiro por todo lo que es y significa. Mi familia siempre estará al frente de todo y será mi prioridad. Mis metas profesionales siempre buscarán un crecimiento y evolución…, ahora mismo estoy en proceso de descubrir hacia dónde iré más adelante”.

En tanto que Gina busca reabrir un taller escuela: “Para mí es un propósito importante no solo hacer joyas sino es compartir lo que sé y capacitar a otros porque tiene que existir un impacto y crecer exponencialmente. Además, como coach de vida, quiero seguir ampliando mis conocimientos en psicología transpersonal y en diseño, las dos ramas que me apasionan porque quiero estar vigente en la edad que sea”.

  • Mi hermana es...

  • Mónica en esencia es muy parecida a mi. Tiene un espíritu joven igual que yo, tiene mis mismos valores morales. Es generosa, bondadosa, auténtica… Se pararía delante de un tren por su familia. Es una “mamazaza”, una “amigazaza”, una súper esposa. Mi familia la ama y siempre decimos que la vamos a adoptar para que venga a vivir con nosotros! Nuestras vidas tomaron un rumbo diferente, vivimos en lugares distintos, y nuestros hijos tienen actividades diferentes. Pero cuándo nos juntamos somos las dos niñas de siempre.

  • “Somos completamente diferentes, tenemos una visión de vida distinta, una vida familiar diferente y una visión del arte también. Pero esa diferencia marca nuestra unión con respeto y admiración. Gina ha sido una guía y una luz en toda mi vida. Ha estado a mi lado en momentos muy difíciles y siempre fue como mi héroe, es inspiradora en mi vida porque admiro todo lo que ha logrado en su vida. Es maravillosa, fuerte, cariñosa, ocurrida, simpática, talentosa… es una hermana muy buena, una madre increíble y esposa excepcional. Nunca pondría en riesgo la relación tan hermosa que tenemos, una de las razones por las que mantuvimos una independencia en el trabajo, justamente por las diferencias de visiones que tenemos”.