La alergia es una enfermedad silenciosa y hereditaria que mientras que algunos pacientes no presentan síntomas por varios años, otros podrían manifestarlos desde el nacimiento. Existen alergias por factores ambientales (aeroalergenos como humo, polen, polvo) y alimenticias detonadas por la ingesta de químicos, preservantes, colorantes (en embutidos, gelatinas, golosinas, entre otros), frutas, condimentos, carnes, vegetales y lácteos.

Según la pediatra Leonor Alarcón estas últimas pueden ocasionar la patología llamada colitis y gastroenteritis alérgica y dietética; enfermedad llamada así por sus síntomas digestivos como dolor y distensión abdominal, náuseas, vómitos, eructos, flatulencias y diarrea recurrentes. En recién nacidos y lactantes también se puede sospechar esta enfermedad cuando presentan cólicos y reflujo. En caso de presentar alguna de estas molestias, la experta recomienda realizar exámenes de laboratorio en sangre para así, descartar algún tipo de alergia alimentaria.

“Si no se sospecha esta patología se pueden dar diagnósticos erróneos como parasitosis, gastritis, infección intestinal (sea bacteriana o viral), entre otras”, menciona la doctora. Esta enfermedad se puede presentar a cualquier edad y su tratamiento se basa en la exclusión del alimento causante de la alergia.

La experta también recomienda la suspensión total de comida procesada y chatarra. Además, es aconsejable la administración de prebióticos y probióticos para la recuperación de la flora intestinal y así, asegurar su adecuada función.

Debe saber

El control pediátrico del niño sano se debe realizar a partir del séptimo día, quince días al mes y una valoración cada mes durante el primer año. Se indica la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad (en cada chequeo se incrementan nuevos alimentos).

Luego del primer año, debe visitar al pediatra trimestralmente hasta los 24 meses. Posteriormente, el control debe ser de forma anual.