La cuarentena irrumpió y destrozó, quién sabe hasta cuándo, nuestras rutinas. Y las normas de convivencia, las dinámicas en casa. Quien diga que no, miente.

Es así que con mucho ánimo, a veces con resignación y otras con incertidumbre, y a veces todo a la vez, armé un decálogo para llevar mejor este nuevo estilo de vida que tomamos porque no tenemos de otra.

Vamos con la primera parte del decálogo de la nueva convivencia en tiempos de pandemia, de coronavirus, de COVID-19.

¿Te identificas con alguna?

1. Aceptar el pijama y los calentadores como el 'look' de la cuarentena. Ya basta de lavar y planchar ropa, en serio. Hace una semana que venimos obedeciendo las recomendaciones de los especialistas en cuanto a vestirse como si nada pasara, pero la rutina diaria se fue a volar y se nos ha juntado una montaña demasiado inmensa de ropa sucia y, luego, de ropa para planchar.No creo que pase nada grave si no nos cambiamos el pantalón a diario, o si usamos una sola camiseta y no camisa de trabajo más camiseta de cuando llego a casa más pijama.
2.  No discutir. Y aquí voy a hacer especial hincapié en no esperar que la persona con quien vivas sea otra. Si tu marido nunca en su vida lavó los platos, si eso no forma parte de la dinámica familiar, no te recomiendo molestarte si no le sale naturalmente. En mi caso, no pretendo que me despierten con el desayuno en una bandeja, ni que aparezca, mágicamente, toda la ropa sucia en el cesto correspondiente. Hay que respirar profundo mucho más de lo habitual, negociar, ceder y cultivar la paciencia. Mucha paciencia.
3. Amigarse con la tecnología. Es lo que nos permite sentirnos tan cerca. Mi mamá, dos de mis hermanos y yo nos vemos a diario gracias a una videollamada. A veces cenamos con mi tío o desayunamos con ese amigo que vive tan lejos. Podemos ver tutoriales de cómo preparar el bolón o escuchar, con nuestros hijos, cuentos narrados por especialistas. Muchos estudiamos con la computadora, en aulas virtuales, y este es un muy buen momento para tomar un curso online de algún tema de nuestro interés para el que nunca tenemos tiempo.También son tiempos de construir nuestras redes de contención de otra forma, repensar nuestros vínculos. Encontrémosle un sentido a este encierro.
4. Disponerse a aprender a cocinar. Si no es tu fuerte, ¡este es el momento! Se puede armar un menú para la semana y comprar lo necesario de una vez. Nosotros estamos comiendo un montón de comidas que nos gustan y que no siempre preparamos, algunas con mayor y otras con menor dificultad. Hicimos las compras el domingo anterior (hace como ocho días) y un pedido de lácteos, tenemos la nevera llena y vamos racionando muy bien las cosas.Yo estoy fascinada con Anita Belén, quien desde su perfil de Instagram @lasrecetasdeanitabelen, hace transmisiones diarias y sus recetas están bien prácticas y deliciosas. El dato me lo pasó una amiga y espero tener muchos perfiles más para seguir. ¡Y muchas más amigas!
5. Rotación de juguetes. Los primeros dos días los pasé intentando que mi hijo mayor juegue un rato con cada cosa, pintando, andando en su bicicletita. Pero esa segunda noche me sentía demasiado agotada y entendí que no podía continuar así. Menos lo podría una mamá trabajando desde casa, con sus hijos reclamándola y, en muchísimos casos, teniendo que oficiar de profesora. Entonces recurrí a un viejo truco y guardé el 75% de los juegos y juguetes. Éxito total, todos los días guardo uno y saco otro, que es recibido como la novedad más esperada.

Disculpen, esto no tiene nada que ver con lo anterior, pero ¿no les parece anormal la cantidad de platos que se acumulan para lavar? ¿o me pasa a mí sola eso de pasar el día fregando?

¿Cómo vive el toque de queda y la cuarentena por el coronavirus una madre de dos niños pequeños? Mira aquí todas las entregas: