Mirabel Estrada de Suárez recibió aquel día un regalo tierno, pequeño e inquieto. Llegaba de las manos de Zuleika, una niña de diez años a la que había acompañado durante los días más duros de su lucha contra el cáncer. La pequeña, que logró acceder a un trasplante de médula, quería darle las gracias por esos días de apoyo y lo hizo entregándole a una de las hijas de su perrita.

Ese día, hace tres semanas, Zuleika había ido a Solca por un examen de control y llegó con Bombón, como bautizó a la mascota. Mirabel, la presidenta del Comité de Damas de la institución en Guayaquil, se enterneció al verla y se le ocurrió preguntar a uno de los médicos si podría llevar a la perrita a que compartiera con los niños hospitalizados.

Apenas supo que podría hacerlo, se fue con Bombón a su casa para bañarla, desparasitarla, vacunarla... Tres veces a la semana la mascota sería la ‘terapista’ de Solca en las mañanas y el resto del tiempo jugaría con sus cinco hijos (duerme con ella y con su esposo José Luis Suárez).

Una vez lista, la pequeña inquieta llegó de visita al hospital. Allí estaba llorando una pequeña que había sufrido una recaída de su leucemia y que necesitaría de un trasplante de médula. “Cuando le pusimos a la perrita se le pasó todo y comenzó a reír. Ahora los niños quieren que suba todos los días”, cuenta.

Esa mañana, la mascota compartió con los pacientes de la Unidad Pediátrica y de Hospitalización. Estuvo 45 minutos en cada área y visitó además a los pequeños que se encontraban en ese momento en quimioterapia ambulatoria. “Les cambió la cara cuando vieron a Bombón”, recuerda.

Y aunque al comienzo el pequeño peludo parecía sorprendido con tantas muestras de cariño, luego siguió juguetón, alegrando a los niños.

Por ahora, debido a la pandemia, la sala de juegos del hospital no está funcionando, pero esperan que cuando la normalidad regrese, la perrita también pueda estar allí.

Así la pequeña peluda va de un lado a otro despertando emociones. Cuando está en casa, comparte con sus nuevos hermanos: Larry, un jack russell terrier; Filipo, un schnauzer, y Bruno, un mestizo rescatado.

Al principio les costó un poco recibir al nuevo integrante, pero ya se acostumbraron y comparten juegos.

“Esta también es una lección para mis hijos, que ven el trabajo que se hace en el voluntariado y comprenden que la perrita también pertenece a Solca. Ellos se desprenden en la mañana de su mascota para permitir que dé alegría a los niños”, reflexiona.

Mirabel de Suárez, quien es parte del Comité de Damas de Solca desde hace siete años y su presidenta desde hace dos, sabe que momentos como el que Bombón brinda a los niños permiten dar otros ánimos ante las dificultades. Él devuelve las sonrisas que muchas veces el cáncer les desdibuja.

• Antiestrés

En países como México hay hospitales que implementan la terapia con canes como un método para disminuir los niveles de ansiedad y de estrés en los pacientes de todas las edades.