Cárceles- líderes- violencia
Resguardo. Militares y policías acudieron a resguardar la cárcel de Cotopaxi.Karina Defas/ EXPRESO

Visibilidad, el fin de los líderes

Mientras están en el anonimato, los capos permanecen relativamente seguros. Aparecen y terminan presos, muertos o extraditados

Asesinados, presos, extraditados. Cuando el líder de una banda delincuencial se visibiliza, ese es su destino en la mayoría de los casos, menciona una fuente de inteligencia penitenciaria.

El asesinato de Leandro Norero, alias Patrón, ocurrido la tarde del lunes 3 de octubre en el centro regional de Cotopaxi, en la penúltima masacre carcelaria, es solo el último.

Las masacres comenzaron con el asesinato de William Poveda, alias Cubano, en la Regional de Guayaquil, y siguieron con otros cabecillas de bandas. Norero estaba preso por posible lavado de activos. Su caso estaba en investigación. Para él, los procesos se extinguen pero siguen para los demás, entre ellos su hermano, su esposa, parientes, otros sospechosos y sus empresas.

Simplemente ahora van a los centros de privación grandes y lo que hacen es generar violencia porque no se ve que hay talleres...

Itania Villarreal,
​exdirectora del Penal García Moreno

Asesinato, sicariato, tráfico de drogas, delincuencia organizada, tráfico de armas y hasta lavado de activos, fueron los delitos que llevaron al encierro a la mayoría de líderes de bandas y sus miembros. A Norero las investigaciones lo señalaban como el posible financista de cinco bandas. Mientras él permanecía en el anonimato estaba seguro.

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Desde mayo pasado, cuando se produjo su detención en posesión de más de seis millones de dólares en efectivo, lingotes de oro, propiedades, vehículos y bienes en sitios exclusivos de Guayaquil y Manta, fue el centro de atención de autoridades y de delincuentes.

La fuente compara, por ejemplo, que mientras el Chapo Guzmán, narcotraficante mexicano extraditado a Estados Unidos, era desconocido ejercía sus actividades con aparente libertad. Otro ejemplo es alias Gerald, conocido como el Pablo Escobar ecuatoriano.

Buscado por Estados Unidos por estar detrás del envío de droga a ese país se movía libremente en Ecuador con rutas de escape en Guayaquil, en la manzana donde habitaba. Él se cuidaba mucho y no salía del país hasta que, sin saberlo, una operación consiguió su arresto en la frontera colombiana.

¿Su destino? Una cárcel de Estados Unidos tras ser extraditado de Colombia. La fuente dice que cuando un líder se visibiliza no está seguro en ningún sitio. Fue el caso de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña. Consiguió que un juez le rebaje una sentencia ejecutoriada y salió libre. Fue asesinado en Manta.

Es fundamental tratar los aspectos relacionados con la prevención. Hay ejes transversales fundamentales. Uno es la educación

Luis Altamirano,
​excomandante del Ejército

Norero intentó por varias ocasiones salir con habeas corpus, revisión de medidas o apelación. Tenía dos audiencias pendientes y otra que se había suspendido porque cambió de abogado.

Lo que ocurre hoy con las cárceles es consecuencia del cambio de modelo que en el gobierno de Rafael Correa abandonó lo que estaba en marcha: talleres que ofrecían a los reos con opciones para cuando dejaban el encierro por un universo paralelo en el que los líderes de las bandas conservaron su poder y hasta se robustecieron. Siguieron en el control de los miembros de sus grupos. El sistema carcelario crea condiciones económicas favorables para las bandas y mueve al año más de 200 millones en una economía paralela que se maneja en los centros carcelarios, dice la fuente.