La reaparición del vinilo apunta más al coleccionismo de los amantes de la música, según el sociólogo Roberth Párraga.

El vinilo une generaciones

Nunca se fue, solo ha estado oculto entre los amantes de la música. Hoy se lo consume más, en especial el género rock.

Quizá usted es de los que a mediados de los 80 se perdían entre los discos de vinil (también llamados elepés o acetatos) de alguna tienda, y se llevaba su música favorita a casa para encender su tocadiscos que giraba a revoluciones de 33, 45 o 78 vueltas por minuto e iniciar una vivencia musical única... ¿Le trajo recuerdos? Pues ahora lo puede volver a disfrutar, ya que este formato que se pensó estaba desaparecido retoma protagonismo, luego de que en los 90 fuera desplazado por los CD, que acapararon las ventas en el mercado por su tecnología, portabilidad y calidad de sonido.

Aunque en la actualidad son muchas las aplicaciones para descargar música como Spotify, Apple Music, Soundcloud o YouTube, el vinilo sigue cautivando a un gran número de adultos que se aferran a sus recuerdos, y a otro pequeño: los jóvenes que motivados por la curiosidad también se animan a escuchar la música que sus padres o abuelos tanto comentan.

Una pasión por el vinil que desde hace cinco años se promueve a través de ferias y proveedores independientes de música. Incluso hay artistas nacionales interesados en grabar en este formato. Sin embargo, los costos son muy altos. Conozca cómo el elepé une a generaciones creando consumidores, que terminan en el coleccionismo.

No es masivo

Lo comercial, la moda y añoranza. Una mezcla de todo esto sería la razón por la cual reaparece, opina el sociólogo Roberth Párraga, quien considera que el interés no es masivo, no es tendencia, que más apunta al coleccionismo y lo practicarían más los amantes de la música, principalmente. “Hoy se busca la inmediatez, lo práctico y lo que nos permite almacenar en menos espacio. No creo que trascienda comercialmente”. El gerente general de Musicalísimo, Felipe Ribadeneira, revela que las ventas no son muy altas, pero están viendo un crecimiento. “En la Navidad del 2017 registramos la mayor venta de vinilos, desde que volvimos a importar, hace dos años”.

Experiencia sensorial

Esa sería la principal razón por la que este tipo de formato atrae, considera Pancho Feraud, de 31 años, productor musical y audiovisual, consumidor de elepés y bisnieto del fundador de la legendaria tienda de música J. D. Feraud Guzmán. “No solo lo oyes, lo puedes tocar, oler, ver. Es como comparar un libro físico y uno digital, no es igual”.

Para el psicólogo Samuel Merlano, la curiosidad hacia un objeto nuevo es lo que impulsa a los jóvenes a interesarse por el vinilo. Mientras que a quienes formaron parte de esa generación (años 70 u 80) el solo ver un elepé los hace evocar emociones vividas (alegres o tristes), recuerdos de amistades o familiares que ya no están, el barrio o los amigos con los que creció.

Manifiesta el experto que la parte sensorial causa mucha gratificación y placer, como contemplar el movimiento giratorio del disco, apreciar los detalles del arte gráfico de la portada (sea foto o ilustración), o escuchar la música y el sonido que produce el roce de la aguja sobre el disco. Y eso no es todo: sacarlo de su envoltura y tocar su textura de acetato e incluso percibir el olor es una experiencia única para consumidores como Diego Balseca, de 27 años, quien consume música digital, pero también disfruta del sonido de un elepé solo o con sus amistades.

Sonido diferente

Técnicamente el vinilo no es mejor que el CD o la música digital, pero su sonido es más real, no tan producido o perfecto, opina Feraud. Concuerda con él Mario Rea, productor discográfico y dueño de la tienda Rea Music. Señala que el CD viene más procesado, trabajado y editado, y que el elepé es análogo, es decir más mecánico. “De unas cintas de carrete iban al vinilo y lo prensaban en máquinas, que ya no hay en el país; mientras que ahora con la música digital todo queda computarizado”. El sonido también se vería afectado por el estado del tocadiscos, la aguja e incluso la calidad del prensado del elepé (elaboración del platillo).

Difícil producirlo y conseguirlo

Desde que cerraron las disqueras nacionales (años 90) no se producen vinilos en el país, pues las máquinas de prensado fueron vendidas al exterior. A pesar de eso, se sigue apostando por el formato, y José Jiménez, productor y dueño del sello discográfico Chivolo Récords, lo hizo. El año pasado en un elepé compiló 20 temas de bandas roqueras nacionales. La inversión fue alta, superó lo planeado por los impuestos para traer el material. “La respuesta ha sido buena, pero no compensa la inversión”.

Ángel Molina, melómano y proveedor de música en todos los formatos y géneros musicales, dice que la inversión de las máquinas es alta, por eso no cree que se dé en el país. Su colega Andrés Yánez, creador de Bee Vinyl, compañía distribuidora de música, revela que en el país no se los consigue fácilmente, y si se los encuentra son caros. Él trae discos de cualquier parte del mundo, nuevos o de segunda mano, según el pedido, al igual que Molina.

Género rock, el favorito

El género de mayor demanda entre los consumidores ecuatorianos es el rock. Así lo afirma Molina, quien participa en ferias a nivel nacional, llevando su material discográfico, y lo constata en las compras de sus clientes, recalcando que en la región Sierra hay mayor demanda. El productor discográfico Rea lo confirma, pues asegura que a su tienda (42 años de servicio) van por música nacional y salsa, pero sobre todo por rock. En su local tiene más de 30.000 a la venta.

A nivel de radio, las canciones rockeras son las que más solicitan los oyentes, “rock clásico, pop rock, rock alternativo y géneros derivados del rock”, revela Juan José Avilés, programador musical de una emisora local, que tiene segmento de vinilos.

Laura, Gabriela y Camila

Gusto heredado

No son de la generación de Roberto Carlos o Rocío Dúrcal, pero se saben sus letras. Es que de niñas los padres de las gemelas Laura y Gabriela Ruata (35) les hacían oír vinilos. El primero que les regalaron fue uno de New Kids on the Block. “Lo rayábamos y nos compraban otro”, cuenta Laura, cuya hija Camila, de 9 años, también ha heredado este gusto. Su primer amor fue Michael Jackson y su popular ‘Thriller’. Antes de irse a la escuela escuchaba ‘Living on my own’, de Queen. “Hoy es más fácil oír música desde el celular, pero el sentimiento del vinil es único, te transporta a otra época. Es bueno que lo vintage esté de moda, así otras generaciones aprenden”, dice Gabriela.

Los que más han vendido

Entre los artistas que más discos de vinilo han vendido en la historia están Michael Jackson, Pink Floyd, AC/DC, Frank Sinatra, Barbra Streisand, Los Beatles, The Rolling Stones, Madonna, Bee Gees, Led Zeppelin, Julio Iglesias, Phil Collins, Tina Turner, ABBA y Raphael.

Alfredo Ceballos

Música en todo formato

El gusto por los vinilos empezó en los 70, cuando Alfredo Ceballos, hoy de 63 años, oyó por primera vez ‘It had to be you’, de Frank Sinatra, gracias a su abuelo, de quien heredó una colección de elepés que luego multiplicó hasta llegar a tener más de 400. Él conoció el casete grande (8 track) y el pequeño, hasta llegar al vinilo. Su pasión por la música incluye también la digital, por lo que quiere comprarse un reproductor que pase música de vinilo a pen drive y respaldar su colección. En su mayoría, los acetatos que tiene son de música norteamericana: tiene soul, disco, jazz, además de salsa y boleros en español. Al mostrar cada elepé nos da una pequeña reseña de él, los contempla y recuerda...

Datos importantes

30,5 centímetros es la medida del elepé y 50 minutos su duración, con un peso de 180, 156 o 145 gramos.

1989, Sony suspendió su producción por los discos compactos.

12 proveedores de discos se reunieron en la primera feria de vinilos en Guayaquil, en 2015.

En el mercado puede hallar tocadiscos modernos con varios diseños, conectividad y funciones (tocar casetes, CD, pen drive, radio, etc.). Costos: entre $ 167 y $ 348, indica René Ramírez, administrador de Maxitec.

Los precios de los discos dependen del artista. Desde $ 5.

Un segmento solo de vinilo se difunde en Radio City. Los oyentes votan por dos artistas y se los complace con canciones del ganador. Juan José Avilés, programador de la emisora, confiesa que participa público de toda edad, y que se ponen clásicos y artistas actuales.

Adele, Bruno Mars, entre otros, ofrecen música en vinilo.

2015, Amazon hizo un concurso en el que regaló elepés para celebrar el relanzamiento de su tienda de vinilos.

Pancho Feraud

Un consumidor permanente

“Soy un consumidor, más que coleccionista”, dice Pancho Feraud (31), quien recuerda que a los 5 años ya le pedía a sus padres que lo llevaran a comprar vinilos, evidenciando así su amor por la música. Relata que hubo dos etapas respecto a los vinilos en su vida: en 1996 cuando vio cómo desaparecía la industria fonográfica del Ecuador y se desconectó de los elepés; y luego cuando algunos artistas actuales relanzaron sus acetatos. Tiene más de cien vinilos, de Julio Jaramillo, Deluxe; más una pequeña producción de Fediscos de Erick Clapton, Ringo Starr, The Police, etc. A ellos se une material de Guanaco y Bueyes de Madera. No busca lo comercial, sino música que no es fácil de hallar.

Los actuales

Los discos de hoy vienen con hologramas (en la ‘cera muerta’ donde no está la música), otros brillan en la oscuridad, con cómics, stickers, entre otras novedades, subraya Yánez. Incluso menciona que hay unos que rompen su forma circular tradicional. Avilés menciona que varios vienen con códigos de descarga, para poder adquirir el álbum de manera digital. Hay para todo gusto.

Johnny Verdezoto

Mr. Vinil

Tiene 51 años y desde los 15 los colecciona. Posee más de 1.200 elepés originales. El arquitecto Johnny Verdezoto inició con 300, pero los vendió y compró CD, aunque reconoce que estos no le satisfacían, pues él ‘saborea’ la presentación de las portadas con su formato grande. Su gusto musical varía, un día oye rock o bolero y otro salsa (de la buena, como denomina a la de los 60 y 70). Entre sus favoritos nombra a Celia Cruz, Tito Puente. En rock se inclina por Led Zeppelin, Black Sabbath, etc. Sus discos los ha comprado en viajes, otros los ha obtenido en ferias o por medio del trueque, con amigos. El más caro que ha comprado le costó $ 60. Calcula que su colección estaría por los $ 24.000, por ello los cuida y conserva en un lugar limpio y fresco. Indica que con el vinil se puede dar seguimiento al artista, saber cuál fue su primer álbum, qué sello discográfico lo sacó, etc.; mientras que con la tecnología solo se bajan las canciones y la gente desconoce dicha información. Confiesa que seguirá ampliando su colección hasta morir. “No los tengo de adorno, ni los amontono porque sí, colecciono cosas que me apasionan”.