La vida sazonada con sal, con gracia y sabor”

En las Olimpiadas Río 2016 hubo atletas que no solo ganaron sus pruebas sino que, más aún, por su simpatía “se robaron” el corazón del público. Hay personas que hacen bien su trabajo pero son “pesados” y antipáticos; su saludo es frío e inexpresivo (solo por cumplir); creen que ser atentos y amables es signo de debilidad o servilismo y crean un ambiente laboral tenso, insípido y distante; hasta dicen “me pagan para trabajar no para hacer amigos”.

La Biblia dice en Colosenses 4:6 que nuestra vida debe ser “sazonada con sal”, con gracia y sabor, para que nos sea gustosa y agradable a los demás.

Miguel Ulloa Paredes