Un fuerte olor a carne quemada inundó un estrecho camino veranero del sector de Santa Rosa, a cinco kilómetros de la vía Jipijapa- Guayas. En el centro de esa vieja carretera fue encontrado un auto Chevrolet color plomo totalmente quemado. Lo más espeluznante fue lo que había en el interior: tres cuerpos calcinados (dos en la parte posterior y uno en el volante).

El macabro hallazgo se produjo a las 06:45 de ayer, cuando tres campesinos que se disponían a realizar sus faenas cotidianas percibieron el olor a carne quemada. Enseguida comunicaron a la policía.

Horas después del hecho, la noticia corrió por todo ese pequeño sector. Agentes especializados de la Policía de Manta, Portoviejo y Jipijapa arribaron al sitio para iniciar las investigaciones y determinar las causas del hecho y la identificación de los cuerpos.

Uno de ellos sería al propietario del vehículo, identificado como Manuel Moreira Castro (27), quien trabajaba como taxi amigo. Al sitio acudieron los familiares y certificaron que la última vez que lo vieron con vida fue cerca de la medianoche del martes, acompañado de dos personas, quienes lo habían fletado unas horas.

“Él trabajaba en la Península de Santa Elena, pero hace poco llegó a Jipijapa nuevamente y laboraba en su carrito”, dijo Pedro Moreira, padre del presunto conductor del carro.

El fiscal de turno, Tito Mendoza, indicó que aparentemente estaría identificado uno de los cadáveres, pero que se esperarán los resultados del análisis de ADN para determinar sus verdaderas identidades.

“Los cuerpos están totalmente irreconocibles, ya Criminalística y Dinased están trabajando para determinar qué fue lo que realmente ocurrió. Solo quedaron fragmentos de ellos y alrededor de este campo, al parecer, nadie ha escuchado ni ha visto nada. Esperaremos los resultados de las investigaciones”, dijo Mendoza.

Cerca del mediodía llegó a la escena un grupo de jóvenes buscando a un “Fabricio”, a quien contactaron en su celular hasta las dos de la mañana.

Tanto la Fiscalía como la Policía prefirieron no adelantarse a determinar si las víctimas sufrieron un accidente dentro del carro o fueron asesinados.

Una escena que se repite

El pasado 3 de noviembre, una escena similar se descubrió en la hacienda La Pepita 2, ubicada en la parroquia 24 de Mayo, del cantón Quevedo, provincia de Los Ríos.

Se trataba de tres ciudadanos colombianos, cuyos cuerpos fueron incinerados dentro de un vehículo. Los restos estaban en el asiento trasero del carro.

Según sus familiares, las víctimas eran de la región sur de Colombia, donde estaban vinculados a labores comunitarias.

La Policía detuvo a tres personas implicadas directamente en el triple asesinato.