Quien como Ulises

¿Cómo te llamas?, preguntó el cíclope a Ulises, quien respondió a su muy propio estilo: “Nadie”. Porque ahí donde se mezclan la realidad y la ficción, materialidad e imaginación, los líderes rompen el ‘statu quo’.

Para guiar la civilización a mejores días, nuestros liderazgos han de ser capaces de imaginar respuestas innovadoras a los problemas de la gente.

Ahora, gradual o disruptivo, el cambio social es una cuestión de identidad, porque resolver de forma innovadora un problema social requiere un cambio de identidad del líder y de la gente.

¿Quién es Lenín? ¿Quién es Correa? ¿Lasso, Nebot? ¿Qué cambios e innovaciones han impulsado en nuestra sociedad estas personas de las que apenas conocemos innumerables máscaras? ¿Es la nueva mayoría del Cpccs una coalición del correísmo, aupada sin querer por una supuesta polla socialcristiana? Correa defendía la alternancia cuando candidato, para luego proponer su desmontaje. Aunque aspira sin duda capitalizar los resultados, el Nebot precandidato salvará los votos de su bloque legislativo ante las reformas sugeridas por el FMI. Lasso forma parte de la coalición de su antes denostado contrincante. Estas son identidades fluidas, como son fluidas las identidades del electorado en un país tan diverso como este.

Esas máscaras, esos múltiples y contradictorios roles que los políticos usan como malabar, tenderán a bifurcarse en el futuro en dos posibles sentidos.

El radicalismo, la simplificación y polarización, pariente de la globalización e inmediatez mediática, a lo Correa, Trump o Putin, crece por un lado. Por el otro, la ponderación y la prudencia, que dio luz a este mundo “políticamente correcto”, persiste como alternativa.

Freud llamó “narcisismo de las pequeñas diferencias” al estratagema con que líderes nacionalistas y tribales simplifican la identidad, enfatizando diferencias que sirven a sus intereses. Los cambios políticos son así apuntalados a costa de otros, rara vez negociados. Shapiro, en cambio, propone identidades fluidas e incluyentes. Esa es la única forma posible de producir cambios sostenibles que recojan la mayor cantidad de matices sociales posibles.