
El turismo se ausenta de General Villamil
El cantón General Villamil está ubicado a 93 kilómetros de Guayaquil. Es el principal balneario de la provincia. Tiene una población estimada de 42.000 habitantes, que suele aumentar durante la temporada de playa.
Las playas están desiertas y los comedores vacíos igual que las habitaciones de los hoteles. Los prestadores de servicios turísticos están preocupados porque las deudas comienzan acumularse, las ventas han bajado en 80 %; y las reservaciones en hoteles, siendo optimistas, llegan al 5 por ciento.
Ese es el lamento de hoteleros y dueños de comedores.
“La gente está asustada por los temblores y aunque aquí no ha pasado nada, los desastres naturales sí influyen en la actividad turística. Los turistas temen que por el temblor se produzca un tsunami y no vienen”, dice Pascual Mite, dueño de un comedor en la playa.
En la zona de los ostreros, Santa Moreira esperaba en su local a que un cliente aparezca para poder pagar el consumo de luz del mes. El negocio estaba comenzando a mejorar, pero con el temblor del miércoles la gente volvió ausentarse, explica Moreira. Según cree, la crisis existía y se ha acentuado con el terremoto de Manabí y Esmeraldas del pasado 16 de julio y la pobreza comienza a sentirse en todas partes.
La asociación de hoteleros ha mantenido reuniones para diseñar estrategias que atraigan al turista. Una de ellas es que han bajado los precios de las habitaciones, sus ingresos por turismo la han bajado a un 30 %, aseguró a EXPRESO la presidente de la Cámara de Turismo, Esperanza López.
Una habitación matrimonial de 40 dólares pasó a costar 30; y una habitación compartida de 15 a 10 dólares, según Pedro Garcés, presidente del gremio.
Los únicos huéspedes de algunos hoteles son ejecutivos de las industrias de Posorja o de las empresas de Playas, que son de Guayaquil y no tienen casas en la zona, acota López.
Los hoteleros, la Cámara de Turismo y ciudadanos que viven del turismo, enviaron la semana pasada una carta al presidente de la República, Rafael Correa, con 300 firmas, pidiéndole que venga a Playas y camine por sus calles y se dé cuenta de la situación del cantón con la finalidad de que los ayude; que se reúna con las autoridades locales y nacionales como el Ministerio de Turismo y Medio Ambiente, que tienen descuidado al balneario.
“El progreso no se ve ni se siente en Playas”, enfatizó Esperanza López
Ahora todos estos colectivos esperan el feriado del 24 de mayo que se trasladó al viernes 27 para hacer un puente vacacional. Para esos días se encuentran organizando festivales artísticos y otros eventos que puedan atraer al turismo.
“Esa es nuestra esperanza”, dijo Carlos Landázuri, un vendedor de cebiches en la playa, que en una semana afirma que no ha vendido casi nada.