
Tommy Schwarzkopf, autentico y real
Con 65 años y todo un imperio construido a pulso. Él se sincera y cuenta su vida, tal como la ve, tal como es.
Al huir del holocausto, sus abuelos, de origen checo, se radicaron en Quito en el año 39; pero Enrique, padre de Tommy, fue reclutado para pelear en la Segunda Guerra Mundial, en la brigada checa del Ejército británico. Al finalizar el conflicto, regresa a Quito y, al graduarse en la Universidad Central, se enamora de una hermosa rumana, Gerda, quien luego de tener estatus de ‘refugiada’ en París, llega a la capital ecuatoriana para estudiar Veterinaria en la casona pública. La historia se consolida en matrimonio y de ahí nace la primera generación Schwarzkopf en Ecuador, Tommy y su hermano Jimmy, quien vive en Israel.
Lo primero que se le viene a la cabeza al pensar en su infancia, es lo estricta que fue su educación, de la mano de un padre sobreviviente de la guerra. Pero valió y cimentó en él una postura de vida en la que el trabajo y el cumplimiento de la palabra son valores irrenunciables y donde la traición no se perdona.
Basquetbolista conspicuo, sus padres suplicaron, inútilmente, que se dedique al negocio textil que fundaron —el mismo en el que, a sus 87 años, Gerda trabaja día a día—. Y es que Tommy decidió estudiar Arquitectura en la Universidad Central del Ecuador, y no se equivocó. Empezó temprano. A los 20 construyó su primer edificio y desde entonces no ha parado.
Se asoció con Bernardo Uribe y Felipe Londoño, con quienes impulsó la empresa, pero acabó independizando la firma, la cual ha crecido exponencialmente desde el año 74. No lleva la cuenta de cuántos edificios o proyectos ha construido hasta la fecha, pero son más de 200, a lo largo de Quito, principalmente. Y es que no hay nadie que supere a Tommy Schwarzkopf en lo concerniente a construcción de viviendas.
De hecho, en su memoria quedó suspendido un Quito que no superaba los 700 mil habitantes de los 70s, y que ahora bordea los 3 millones. Su crecimiento ha sido acelerado, pero existe un hueco habitacional que sigue afectando, afirma.
Quito, en el mapa de la arquitectura mundial
Actualmente, la empresa cobija a cerca de 300 empleados en nómina, sin embargo, entre los 10 proyectos inmobiliarios que ejecuta Uribe&Schwarzkopf en este momento, aglutina a más de 3 mil trabajadores. Así de grande es su aporte a la economía del país, contando, además, que es la primera constructora nacional en crear el programa ‘Mujeres en altura’, que promueve la participación activa de ellas dentro de las obras constructivas, considerando su capacidad y gran respuesta laboral.
Dentro de este imperio de la construcción, Tommy no se considera a sí mismo como un elemento autoritario, sino más bien quien sabe participar y delegar poderes equitativamente. Su hijo Joseph gerencia la empresa con una acertada capacidad de liderazgo, y juntos han logrado unir dos generaciones con la base del diálogo, anteponiendo el fortalecimiento del plan urbanístico de la capital.
Otro gran logro por destacar es que ambos han incluido a Quito en el mapa arquitectónico del mundo, incorporando en sus proyectos a las firmas más afamadas mundialmente, como Bjarke Ingels —en Epiq y Iqon—; Jean Nouvel —Aquarela—; Moshe Safdie —Qorner—; Carlos Zapata —Unique—; Marcel Wanders —Oh Residencias—; Phillipe Starck y Arquitectónica —Torres YOO—, entre otras. Todos grandes proyectos acabados y/o por acabar, que marcan una diferencia sustancial en la cara urbanística de la ciudad.
El arquitecto recalca que son proyectos logrados gracias a inversionistas —todos de grupos económicos importantes del país— que siempre creyeron en su firma. Añade que son obras con valores aparejados al mercado nacional. Sobre ello, cuenta que la mayoría de sus proyectos, desde el inicio, son pensados y calculados según sendos estudios de mercado, y donde la clase media es su mercado principal.
De placeres y más...
Orgulloso habla de sus tres hijos y su mirada se eleva. Considera que ha sido un buen padre, dándoles alas para tomar su propio camino, sin más demandas que los principios que rigen en su familia. Aunque tiene herencia judía no es practicante, y sus hijos han recibido la misma libertad de creencias que le dieron sus padres.
Tras educarlos, ahora vive, quizá, la mejor etapa de su vida, gozando de los nietos que son su pasión -¡pero con dosis también!-; de su mega Porsche —que conduce placenteramente por “los maravillosos caminos de Ecuador” sin necesidad de subir la velocidad, dice— y de los viajes de placer que hace dos veces al año —los otros, que son muchos, son por trabajo—.
Goces bien ganados y que ahora disfruta junto a su esposa, Margara Anhalzer, quien llegó a su vida, tras varios y fallidos intentos —que no cuentan para él—. Se refiere a ella como su “media naranja”, su compañera de ruta, una mujer brillante que ha sabido encajar perfectamente en su vida, y con quien ha logrado formar una gran familia. Tommy se ve que es feliz.
Sin duda, una declaración de vida que evidencia a un hombre sin escudos ni arrogancia, quizá, de ahí el éxito que lo abarca, sin que eso haga mella en él. ¿Satisfecho acaso? Sí, pero no se detiene a pensarlo, pues su mente va a mil, pero con pausa y la conciencia tranquila de haber logrado lo que ha logrado, sin trampas ni ventajas. Con cierta parsimonia, incluso, torea la envidia y las críticas que nunca faltan. Y sí, de su padre heredó una estricta educación y un lema que lo ha acompañado desde chico: “Lo que se empieza, hay que acabarlo, pero bien y siendo el primero”.
Personal:
- Cargo: Presidente de la Constructora Uribe& Schwarzkopf
- Estudios: Arquitectura en la Universidad Central del Ecuador
- Hijos: Joseph, Aaron y Valerie
- Esposa: Margara Anhalzer
Laberinto de palabras
- Soledad: Tristeza
- Matrimonio gay: Comprensión
- Dinero: Innecesario
- Traición: Lo peor
- Aborto: Depende de...
- Libertad: Con medida
- Artista/grupo musical: Iracundos, José José, los Beatles.