Ahora sí podemos hablar de una prensa libre, sin las cadenas que la ataban a las retaliaciones impuestas por el anterior mandatario que no permitían al pueblo enterarse sobre la verdad de lo que pasaba en el país, si no de lo que su autoritaria voluntad deseaba.

Gracias a Dios eso ya cambió y podemos enterarnos libremente de lo que sucede en el país, aunque influencias malignas traten desde afuera de hacer que la confusión y el caos nos causen inseguridad y temor.

Tenemos sin embargo un país dividido, como lo acabamos de ver en los últimos sucesos ocurridos en el país por una simple subida del precio de gasolina extra, con el fin de tratar de mejorar la economía del país suprimiendo los subsidios que nos cuestan miles de millones y que gobiernos anteriores no los han tocado por el miedo de hacer frente a la reacción del pueblo. A pesar de que los más exaltados fueron los indígenas, que poco o nada podrían estar afectados por ello. Lamentablemente están viviendo en la actualidad para tratar de imponer sus leyes ante un débil gobierno que parece no recordar que ellos son solo el 6 % de la población de nuestro país.

Ing. Édgar Diminich Miranda