SOS para empresas publicas chinas

La desaceleración económica de China ha sido objeto de innumerables debates, discusiones, artículos y análisis. Los remedios propuestos varían pero parece haber amplio consenso respecto de que la enfermedad es estructural. Mas, otro factor ha pasado esencialmente inadvertido: el ciclo económico. Durante décadas, la economía de China registró un crecimiento del PIB de dos dígitos, aparentemente insensible a los ciclos económicos. Pero no resultó inmune: la desaceleración de seis años que experimentó tras la crisis financiera asiática de 1997 fue un síntoma, precisamente, de un ciclo de esas características. Hoy, el ciclo económico de China ha llevado a la acumulación de préstamos con problemas de recuperación (NPL) en el sector corporativo, como sucedió a comienzos del siglo. Si bien la tasa de los NPL, según datos oficiales, es inferior al 2 %, muchos economistas estiman que, en realidad, está más cerca del 3-5 %. Si están en lo correcto, los NPL podrían representar el 6-7 % del PIB de China. Gran parte de esta deuda pertenece a empresas públicas (SOE), que representan apenas un tercio de la producción industrial y, sin embargo, reciben más de la mitad del crédito otorgado por los bancos de China. Si bien el ratio deuda-patrimonio del sector industrial en su totalidad ha decaído en los últimos 15 años, el de las empresas públicas ha aumentado desde la crisis financiera global, a un promedio del 66 %. Una recesión inminente sin duda incentivó esta acumulación de deuda, posiblemente favorecida por el masivo paquete de estímulo del ex primer ministro Wen Jiabao en 2009. Pero fue una disciplina financiera permisiva lo que permitió la acumulación. Los bancos se sienten a salvo prestándoles a empresas públicas, no importa cuán endeudadas estén, porque el Gobierno implícitamente las garantiza. En consecuencia, las estas empresas desarrollaron un hábito de crecimiento financiado por deuda. Eso pudo no haber sido un problema cuando la economía de China estaba creciendo, pero es un serio riesgo económico hoy, por eso el Gobierno ha declarado el desapalancamiento como una de sus principales tareas para este año. Pero la ejecución ha sido lenta debido, en parte, a la imposibilidad de China de implementar plenamente su ley de quiebras. Hoy los canjes de deuda-patrimonio pueden ser la única solución viable para el problema de los NPL. Mas, el Gobierno no necesita depender de que entidades de propiedad del Estado asuman la deuda, sino que debería permitir que fondos de capital privado, que han acumulado grandes cantidades de ahorros a la espera de buenas oportunidades de inversión, actúen y hagan una oferta por los NPL con una tasa de descuento. Existen algunos obstáculos para introducir canjes de deuda-patrimonio entre los sectores público y privado, empezando por el temor a la pérdida de activos estatales. Para superarlo, China debería emprender una experimentación local empezando por regiones donde el problema de deuda de las empresas públicas es más acentuado. Su revitalización también ayudaría a apaciguar cualquier duda sobre los canjes de deuda-patrimonio con el sector privado. Al permitir la participación de este sector en los canjes, China podría matar tres pájaros de un tiro: fomentaría el desapalancamiento de las empresas públicas, fortalecería la gobernancia corporativa en el sector estatal y mejoraría la eficiencia económica.

Project Syndicate