Oriunda de Pasaje. Exdirectora del departamento de Comunicación Social de la Armada del Ecuador y actual jefa de la Unidad Administrativa de Talento Humano. Hoy se convierte en la primera mujer especialista en Comunicación Social que asciende a Capitán de

Solanda Carpio: “Me encantaria poder llegar a ser comandante general”

En una ceremonia que se realizará hoy a las 15:00, en el Patio de Honor de la Comandancia de la Escuadra Naval (Base Sur), varios oficiales, entre ellos Solanda Carpio, ascienden a sus grados inmediatos.

- ¿Cuál es su actual función dentro de la Armada?

- Ahora soy jefe de la Unidad de Talento Humano, aquí hacemos todo lo relacionado a la administración del personal civil que es importante para las tareas que cumplimos.

- ¿Y cuando ascienda cambiará de funciones?

- Probablemente sí, pero no sabemos. De hecho, diciembre es un poco complicado, pues es el mes en el que se anuncian los pases. Hay que organizarse y si a los chicos quieres llevártelos tienes que buscarles escuela en otro lado. Es un mes tenso.

- ¿Durante este tiempo le ha tocado estar lejos de su familia?

- Realmente he tenido mucha estabilidad y creo que es por mi especialidad. Soy comunicadora social y casi siempre he estado involucrada en esas tareas. Permanecí en Guayaquil, hasta que asumí la dirección de Comunicación Social. Viví en Quito y estaba casada. Mi esposo, también militar, ingresó a la Academia de Guerra, entonces se quedó con nuestra hija.

- ¿Cuánto tiempo estuvo en Quito?

Dos años, pero fueron complicadísimos, pues fue en el tiempo en el que el presidente (Rafael) Correa cambió a algunos generales.

- ¿Fueron los años más duros de su carrera?

- Sí, yo creo que esos dos años fueron los más difíciles, pues como militares nos tocó enfrentar algunas situaciones que afectaron un poco la estabilidad de la institución.

- ¿Usted es la primera mujer que asume ese cargo?

- Sí, siempre hubo hombres. Yo, junto a tres amigas más, somos la primera promoción de mujeres especialistas en comunicación. Ahora estoy sola, las tres se retiraron hace algunos años.

- ¿Y qué significado tiene para usted que sea la única que ha llegado hasta aquí?

- Yo estoy viviendo un momento idílico. Ahora tengo un romance con la Marina. Entré sin muchas expectativas, pero luego me enamoré de la Armada. Para mí esto es llegar a la cúspide de mi carrera y realmente me siento especial.

- ¿Por qué entró a la Armada?

- Fue algo raro. Nunca fui partícipe de la vida militar. En ese entonces era la jefa de relaciones públicas de la Gobernación, con Jaime Nebot. Era un mes descomplicado y durante una visita mi hermana me preguntó si quería ingresar. Llamé al call center, pero el que me contestó me dijo que no cumplía con ningún requisito. Me piqué y decidí aplicar. Di los exámenes y aquí estoy, a punto de cumplir 30 años.

- ¿Antes de ingresar se imaginó trabajando en algún medio?

- Sí, de hecho trabajé en radio Caravana. Antes de ingresar a la Gobernación, por 1985, era locutora de noticias y reportera. Siempre fui muy nacionalista, de querer hacer algo por mi país y decidí estudiar periodismo. Esa era mi ilusión desde que estaba en la escuela. Yo decía que era el cuarto poder del Estado y a través de ello quería ayudar. Lo mismo pensé que podía hacer desde la Armada.

- ¿Cómo tomó su familia aquella decisión?

- Fue un poco complicado. Mi familia no tenía mucha inclinación por la parte militar. Ninguno de mis hermanos hizo el servicio militar obligatorio porque mi padre decía que eso era perder el tiempo, que ellos tenían que estudiar, pero cuando se lo conté, me apoyó. Yo tengo la convicción de que mi padre falleció amando a la Armada como yo lo hago ahora.

Una llamada para ultimar detalles de la ceremonia interrumpe la conversación...

- ¿Cómo se siente ahora?

- Estoy nerviosa y emocionada. Lo que tengo que hacer ese día es sencillo, pero tengo miedo de caerme (ríe).

-¿Qué momentos cree que han marcado su carrera?

- Siempre hemos celebrado el Combate Naval de Jambelí, pero un día revisando fechas me di cuenta de que el 3 de noviembre de 1832 es el día en el que la Armada se crea y no lo celebrábamos. En 2015 logro hacer una publicación muy linda gracias al apoyo de Diario EXPRESO. Junto a mi equipo le devolvimos la memoria a la Armada. Otro de los momentos que me marcó es que cuando estuve en la dirección de Bienestar, en 2003, ayudé a los niños de una escuela que salió afectada por una explosión, en Puná. Luego de varios años los visité y me encontré con la sorpresa de que una parte de la escuela llevaba mi nombre.

- ¿Cree que su vida hubiera sido diferente si fuera oficial de línea?

- Probablemente sí. Hay algo que se debe reconocer y es que esta institución está diseñada para el oficial de línea. Si yo lo fuera tendría más oportunidades para llegar al almirantazgo. Esas oficiales sí podrían llegar a liderar la institución. Cuando yo entré no había esa oportunidad, pero si entrara ahora y fuera oficial de línea me encantaría llegar a ser comandante general. Impulsaría muchos cambios.

- ¿Qué más podría hacer desde este nuevo rango?

- No sé a qué cargos la institución me va a direccionar, pero en cualquiera que me ponga yo estoy segura de que podré hacer algo importante.