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La Orquesta Sinfónica de Cuenca se fundó hace 23 años. La sede le fue entregada en comodato por 26 años, pero no han podido adecuarlaCortesía

La Sinfónica de Cuenca busca casa

Desde hace veintitrés años, la orquesta ensaya en el antiguo colegio Borja. La entidad solicitó al Estado que le ceda el bien.

“¡La sala digital está por empezar!”, afirma alegre la publicación de Facebook de la Orquesta Sinfónica de Cuenca.

Es viernes, y faltan pocos minutos para las 20:00. Un centenar de personas se conecta, luego se suma una veintena. Suenan los primeros acordes de ‘Fantasía ecuatoriana’, del compositor Corsino Durán Carrión, y se suman los primeros comentarios: “¡Increíble!”, “el orgullo de Cuenca”. El concierto termina una hora después con más de 200 visitas, más de las que, de transmitirse en vivo, entrarían en su actual sede.

Y es que, pese a que fue fundada hace veintitrés años, la Sinfónica de la tercera ciudad más grande del país no tiene “casa”. Esta ensaya en el área de lo que fue el colegio Borja, un bien bajo la tutela del Ministerio de Cultura y Patrimonio que le fue entregado en comodato y que, justo por esa compleja figura, no le ha permitido a la entidad hacer readecuaciones. Es así que, cada temporada, el ensamble peregrina entre el auditorio del museo de Pumapungo, la Catedral Vieja, la iglesia de Santo Domingo y otros escenarios con mejor acústica que su propio espacio.

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Así lo indica Gabriela Sánchez, directora administrativa de la OSC. “El espacio que tenemos es muy limitado, muy estrecho, y no tiene las especificaciones técnicas que requiere una orquesta. Esto no solo afecta la acústica, sino también a los músicos y al personal administrativo, pues el sonido incluso afecta su salud. La Sinfónica tiene cincuenta músicos, por ejemplo, cuando debería tener mínimo setenta para estar a la par incluso de las orquestas del país, pero simplemente no tenemos el espacio”, subrayó.

La cuarentena no solo ha servido para reestructurar los procesos de la entidad y hacer la transformación hacia lo digital (ver subnota), sino para ahora sí, acelerar el proceso administrativo que le asegurará a la institución una sede definitiva.

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La Orquesta espera que se le ceda el bien, y también el auditorio que era del Banco Central, para usarlo como sala.Cortesía

Por lo pronto, la entidad ha hecho el pedido al Ministerio de Cultura y Patrimonio, para que se le ceda su actual espacio, así como el auditorio conjunto, que pertenecía al Banco Central. Pero ¿el presupuesto anual de $ 1,25 millones será suficiente para remodelar los espacios? No, explica Sánchez, pero agrega que para ello existe un plan b: la Fundación Orquesta Sinfónica de Cuenca.

Este organismo, creado el año pasado y presidido por el extitular de la Cámara de Industrias de Cuenca, Jorge Roca y el empresario Claudio Patiño, tiene como fin gestionar recursos privados para el ensamble. Una de las propuestas es la postulación a un fondo de la Unesco, que aceptó a la institución en su proceso de preselección, y otra es la venta de un terreno, adquirido por el directorio de la organización, y que podría generar hasta $ 1’000.000, según su avalúo.

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Por ahora, el ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, se ha manifestado a favor del pedido, pero no hay aún fechas tentativas para el traspaso del bien. Este diario solicitó más detalles sobre el proceso. La respuesta está pendiente.

Patiño, presidente de la fundación, señaló la semana pasada a un medio local que lograr que la Sinfónica trascienda internacionalmente es el plan a mediano plazo. “La orquesta es una de las fortalezas de Cuenca, y podemos gestionar fondos privados para que la institución trascienda. Es nuestra meta”.

Casi seis meses de recitales pregrabados

En 2017, la entidad empezó a grabar los conciertos de la orquesta, con el objetivo de eventualmente proyectarlos a través de sus redes. La oportunidad de hacerlo llegó antes de lo previsto, tras la declaratoria de la emergencia sanitaria. De abril a agosto han transmitido a través de las redes sociales de la institución, veintiséis recitales. 

Estos continuarán semanalmente, incluso después de que concluya el estado de excepción. Esto, señala la directora, se debe a que con un aforo limitado, no podrán atender a todo el público habitual, sobre todo a quienes pertenece al grupo de riesgo. 

La entidad ha decidido que, tras retomar sus conciertos presenciales, estos seguirán transmitiéndose en vivo. La medida también se aplicará para conversatorios, recitales, y los programas ‘Una nota musical’ y ‘Música de cámara’.