Síndrome de Blancanieves: cuando el espejo es tu enemigo

Sindrome de Blancanieves: cuando el espejo es tu enemigo

El síndrome de Blancanieves es un término creado por la psicóloga estadounidense Betsy Cohen. Con este identifica a las personas de mediana edad que sufren una distorsión de su imagen viéndose a sí mismas decaídas física y emocionalmente.

La envidia que la madrastra sentía por la belleza y juventud de Blancanieves, y por la que le preguntaba a cada rato al espejo mágico quién era la más bella del reino, traspasó lo infantil para identificar un síndrome que no tiene nada de cuento de hadas.

El síndrome de Blancanieves es un término creado por la psicóloga estadounidense Betsy Cohen. Con este identifica a las personas de mediana edad que sufren una distorsión de su imagen viéndose a sí mismas decaídas física y emocionalmente. Ocurre ante la aparición de las arrugas en la cara, las canas y la disminución de la energía, indica la psicóloga Valeria Sabater en www.lamenteesmaravillosa.com.

Varias páginas web consultadas por este Diario citan que este síndrome se presenta a partir de los 40 años, más en mujeres que en hombres. Los caballeros, en cambio, son los protagonistas del síndrome de Peter Pan (ver subnota).

No obstante, es innegable que a los varones también les preocupan las primeras patas de gallo en el rostro, la calvicie, las canas y tener panza cervecera, que buscan eliminar haciendo crossfit.

El síndrome de Blancanieves es producto de la sociedad globalizada que sobrevalora la imagen y la juventud como medios para alcanzar el éxito personal y profesional, coinciden los especialistas consultados por EXPRESO.

Sabater explica que quienes padecen este trastorno se sienten incómodos con la imagen que les devuelve el espejo, asociando el paso de los años a algo negativo. Le temen a la vejez, les asusta la soledad y lamentan los años desperdiciados. Y así como valoran de forma exagerada la juventud, también sienten cierto desprecio hacia los más jóvenes.

“El síndrome de Blancanieves no es más allá que un trastorno de percepción. También es un problema de adaptación al cambio, a no seguir tu ciclo correcto de evolución en el que tienes que aceptar que viene la vejez”, dice a este Diario la psicóloga clínica Verónica Baque.

Sin embargo, no significa que al llegar a los 40 tienes que envejecer. “La vejez no es cronológica, es mental, pero la asocian mucho con la parte física”, añade Baque.

El también psicólogo clínico y organizacional Samuel Merlano señala a EXPRESO que este síndrome es un problema de autoestima. “Después de los 40, sobre todo en la mujer, puede llegar una etapa, por un lado depresiva, porque siente que está envejeciendo y va perdiendo su parte física. Y, por otro lado, porque no se siente tan bella como antes, ni atractiva. Sobre todo les pasa a las que tienen baja autoestima”.

El psiquiatra y psicólogo clínico Eduardo Tigua, por su parte, afirma que las mujeres de 40 años todavía conservan sus atributos físicos, por eso dice que el síndrome de Blancanieves aparece en quienes están entrando a la tercera edad (65 años).

Las damas de más de cuatro décadas sienten que han perdido sus atributos de belleza en relación a los que tenían en su juventud y “se tornan envidiosas en sus comentarios y actitudes hacia personas más jóvenes que tienen atributos físicos llamativos, porque se sienten desplazadas”, acota Tigua.

Al ser consultado sobre si a todas las mujeres les pesan las arrugas, Merlano responde: “creo que no todas pueden llegar a sentir lo mismo. Las que van a ser más afectadas son las que han tenido crisis, divorcios, separaciones y, sobre todo, el autoestima baja durante su proceso de crecimiento. Estas personas van a ser más vulnerables a la crisis de los 40”.

Baque manifiesta que la persona que padece el síndrome de Blancanieves se siente en desventaja con los más jóvenes y esto puede tener “consecuencias fatales”, como la rivalidad con las hijas.

Tigua puntualiza que se puede caer en una pre depresión. Por ello, este síndrome se puede superar con ayuda profesional. En su consultorio ha tratado a mujeres con este trastorno, de 55, 60 o más años de edad. “Felizmente, han sido muy escasos los casos”.

Para Baque, la clave para superar este problema de inmadurez emocional, cuyo nombre representa la metáfora de la bruja del cuento, es trabajar en el autoconocimiento.

“Tengo que conocer ¿quién soy?, ¿qué estoy haciendo?. Para ese quién soy la única que te da la respuesta eres tú, trabajando muchísimo en el autoconocimiento, en la autopercepción. ¿Cómo tú te percibes?, ¿cómo te han hecho sentir?, ¿te han etiquetado toda la vida?, ¿qué te han dicho? Va por ahí la construcción de la autovaloración”, explica Baque. Para este proceso se necesita de la guía de un profesional.