Que sanciones pueden imponerse a Venezuela
Cada día se demuestra que las sanciones que se imponen a un país, tal como lo puede hacer el Consejo de Seguridad de la ONU, o unilateralmente como las de Estados Unidos a Irán y Rusia, constituyen un proceso que tiene pocos efectos. No siempre garantiza que se obtengan los fines perseguidos. Tenemos el ejemplo de Irak, después de la primera Guerra del Golfo, cuando se tuvo que crear un fondo petrolero para asegurar que sus ingresos fueran invertidos por el régimen de Sadam Hussein en alimentos, medicinas, equipos hospitalarios, etc. Lo más grave es que las sanciones económicas no distinguen entre inocentes y culpables y que estos últimos, que controlan los gobiernos sancionados, no sienten los efectos como el resto del país. Las sanciones que acaba de imponer Estados Unidos a Venezuela consisten en el bloqueo de las cuentas personales que mantenían los jerarcas venezolanos, producto del elevado nivel de corrupción del gobierno, y que solo afecta a los que se han enriquecido y siguen en el poder.
Una idea para meditar mucho. Existe la posibilidad de que el presidente Donald Trump esté considerando un bloqueo petrolero a Venezuela. Sobre esta posibilidad, opinamos que sería “una maravillosa y oportuna tabla de salvación política para Maduro el presentar a Trump como el responsable del hambre de los venezolanos”. Almagro, el secretario general de la OEA, ante un comité del Senado de Estados Unidos sostuvo: “Con frecuencia me preguntan sobre este tema y yo quiero ser muy claro en afirmar que las sanciones que puedan imponerse, empeorarían el sufrimiento actual de los venezolanos porque los recursos que le pertenecen al pueblo son utilizados por el régimen para asesinar y torturarlos, y no son invertidos en su bienestar como lo demuestran las trágicas estadísticas de mortalidad infantil y desnutrición, que superan a las de Siria”.
Los ingresos actuales de Venezuela. Uno de los pocos ingresos en divisas que Venezuela recibe hoy es de la venta a Estados Unidos de aproximadamente 700.000 barriles de petróleo diarios. Sin embargo, el régimen de Maduro tiene años acusando a Estados Unidos de hacerle una guerra económica. Es fácil escuchar en todos los discursos de Maduro que culpa a Estados Unidos de todos los males que le suceden a su país, y hasta se olvida de la gran cadena de gasolineras que Pdvsa tiene en algunos estados del país autor de sus males.
Aplicar sanciones a un país siempre es un tema discutible. Venezuela está hoy bajo el control de las Fuerzas Armadas, que tienen tal cantidad de beneficios que ni siquiera les interesa tomar el poder. Así que por allí no es la cosa, solo que a algún ‘coronelito’ se le antoje gobernar y deshacerse de Maduro. Pero, insisto, si lo tienen todo, ¿para qué? Además, el pueblo venezolano ha sufrido dictaduras militares tan sangrientas que lo que desea es recuperar el poder por los caminos legales.
Obama ya dispuso la confiscación de los bienes de los jerarcas, pero no dio mayores resultados. Se convirtieron en víctimas y hoy controlan el ala dura del régimen. De todos modos deben seguir aplicándose esas sanciones individuales. El poco efecto de la medida ha inclinado a los jerarcas norteamericanos a tomar medidas sobre los fondos generados por las exportaciones petroleras a Estados Unidos.
Una petición patriótica. Líderes venezolanos valiosos sugieren que las empresas de Estados Unidos no dejen de comprar el petróleo, pero que, en lugar de pagarlo en divisas, realicen operaciones de trueque de alimentos, medicinas y equipos hospitalarios. Ellos recuerdan que ya hay precedentes en el gobierno chavista sobre el tema del trueque. Chávez resucitó el trueque, ofreciendo petróleo a los que él consideraba países hermanos para recibir a cambio maquinarias que fortalezcan la soberanía alimentaria de Venezuela.
Moises Naím, periodista venezolano, en su columna del diario español El País las llamó “sanciones inteligentes”. “A pesar de su impopularidad, y de sus obvios defectos, estas sanciones son un instrumento cada vez más utilizado en la política internacional. Porque la otra alternativa a las sanciones es la guerra”. Cosa inconcebible para este caso.
Por último, una vez más insistiremos en que los organismos internacionales no sirven para nada: cada día nuevos organismos, reuniones, declaraciones, viajes, una burocracia internacional insaciable y ningún resultado.