Sociedad. En las comunidades, se dedican a la actividad artesanal con todos los integrantes de la familia.

Las salasakas conservan viva la tradicion del tejido de la fibra

Los hermosos y útiles bolsos que elabora Ramona Chango demandan dedicación, habilidad y mucha paciencia.

Los hermosos y útiles bolsos que elabora Ramona Chango demandan dedicación, habilidad y mucha paciencia.

La mujer de 75 años es una de las cuatro que hay en Salasaka, población de 12 mil personas, que aún mantienen la tradición del tejido de la cabuya.

Para sacar el producto final, ella debe cumplir con todo un proceso que bien podría decirse ceremonial y que puede tardar más de un mes. Lo primero que hacen y con reverencia a la “Pachamama” es ir a cortar el penco, que debe ser de tallos gruesos. Luego lo llevan y lo dejan cerca de quince días en un pilche grande (tipo tina) con mucha agua.

Este proceso lo hace en la intimidad de su hogar ubicado en la comunidad de Churumanga a 15 minutos de la parroquia Salasaka, en Pelileo.

Ramona ha designado una actividad a cada hijo. Elvia de 31 años la ayuda con la tinturada, para lograrlo debe cocer las plantas que adquieren colores con la cabuya. Lo que la familia elabora se lo oferta a los turistas en la Plaza Llikakama, asegura una de las herederas de la técnica que continuará con la práctica hasta que el gran Pachakama (Dios) se lo permita. (F)