Resucitara la reconciliacion palestina

Cuando los representantes de las dos mayores facciones palestinas, Fatah y Hamás, firmaron un nuevo acuerdo de reconciliación en El Cairo el 12 de octubre, la atención principal no estaba en los firmantes, sino en el hombre detrás de ellos: Khaled Fawzy, jefe del Directorado de Inteligencia General de Egipto. La ceremonia fue organizada enteramente por los egipcios, para quienes la reconciliación es un paso más hacia un objetivo mayor. Como señala el acuerdo en su inicio, surgió de la “insistencia” del presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi de poner fin a las divisiones entre los palestinos, “con miras a crear un Estado independiente” siguiendo las fronteras previas a 1967. El liderazgo de Egipto en este proceso elevará su reputación en el mundo árabe, como peso pesado regional. La buena noticia para Egipto es que los palestinos están demostrando una renovada disposición a emprender la reconciliación y a seguir un difícil proceso de negociación con Israel y su principal aliado estratégico, Estados Unidos. Esta renovación de la política nacional palestina refleja en gran parte el cambio reciente de la postura de Hamás tras años de problemas para la organización islamista suní. Estos comenzaron cuando escogió respaldar el lado equivocado en Siria y Egipto. El régimen del dictador sirio Bashar al-Asad prevaleció sobre los rebeldes islámicos que apoyaba Hamás en Damasco, mientras que en Egipto el gobierno de la Hermandad Musulmana, encabezado por Mohammed Morsi y al que Hamás apoyaba, cayó después de un año. Tras ello, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin cortaron las relaciones diplomáticas con Catar, causando que Hamás perdiera su respaldo político y financiero iraní y catarí. Con pocos amigos e incluso menos patrocinadores en la región, Hamás no podía más que volver a sus compañeros palestinos. El grupo aceptó rápida e incondicionalmente las tres exigencias del presidente Mahmoud Abbas: disolver el comité administrativo liderado por Hamás, permitir que el gobierno palestino con sede en Ramalá reanude sus funciones en Gaza, y permitir la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias en Gaza y Cisjordania. La reconciliación entre los palestinos abrirá el camino hacia la paz, no en menor medida porque las nuevas elecciones ofrecerán la legitimidad que necesitan quienes negocian con Israel. Serán necesarias profundas concesiones por ambos bandos, que habrán de ser aceptadas por sus respectivos electorados. La interrogante es si los israelíes estarán dispuestos a hacer estas concesiones, permitiendo con ello una solución de dos Estados o un sistema de reparto del poder genuino y creíble dentro de un solo Estado.