Radiografía de una catástrofe

Radiografia de una catastrofe

En Guayaquil, 67 casas sufrieron daños parciales y cinco colapsaron. Sus habitantes fueron llevados a albergues y reciben atención del Municipio.

El país está movilizado. La magnitud de la afectación del terremoto de 7,8 grados del sábado, con epicentro en Pedernales, quedó a la vista con la luz del día y el transcurrir de las horas. Esto, tras una noche de pánico y tinieblas en diversos sectores del país.

El último reporte de la Secretaría Nacional de Riesgos, hasta el mediodía de ayer, era de 246 muertos, 1.578 heridos, 370 edificaciones destruidas y 300 construcciones afectadas por el movimiento telúrico que remeció al país a las 18:58, pero principalmente a seis provincias: Manabí, Esmeraldas, Los Ríos, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas y Guayas.

Las cifras de víctimas y daños crecen con el transcurrir de las horas en las poblaciones más afectadas de las provincias de Manabí y Esmeraldas, por estar cerca del lugar del epicentro, como Manta, Portoviejo, Pedernales y Muisne.

Hacia esos lugares fueron dirigidos los ejércitos de socorristas de las Fuerzas Armadas, la Policía y los cuerpos de bomberos para luchar contra el tiempo en las operaciones de búsqueda y rescate de personas en las estructuras colapsadas. En total, unos 15.000 uniformados movilizados por vía aérea y terrestre desde Guayaquil, Quito y otras ciudades del centro y sur del país. Muchos de ellos llegaron acompañados de perros amaestrados en la búsqueda de personas.

Mientras unos dirigen sus esfuerzos en hallar sobrevivientes y rescatar a los muertos, otros asisten a los damnificados que han sido llevados a los albergues o están en casas de familiares. Todo aquello se hace mediante un llamado gubernamental a la calma a una población con los nervios crispados por el terremoto y sus 156 réplicas, que les hacen temer el retorno a sus viviendas.

El Ministerio de Salud llegó ayer con sus dos hospitales móviles a la zona más afectada y busca voluntarios para enfrentar la situación de emergencia, que tiene abarrotadas las casas de salud, ante la creciente demanda de atención médica.

El Ministerio de Obras Públicas, por su parte, dispuso el cierre temporal de nueve carreteras ante el riesgo de deslaves y otras complicaciones causadas por el terremoto que hizo colapsar dos tramos viales de Manabí: Portoviejo-Crucita-Puente Mejía y Portoviejo-Puente Papagayo.

Aunque están más alejadas del sitio del epicentro, las provincias Guayas, Santo Domingo, Santa Elena y Los Ríos también registraron víctimas y caídas de casas que llevaron a la inmediata movilización de socorristas locales y la asistencia estatal y municipal.

En Daule (Guayas), tres viviendas se desplomaron y en el hospital Vicente Pino se atendió unas treinta emergencias por fracturas y traumatismos.

En General Villamil, Playas, también de Guayas, el 20 % de los turistas abandonó los hoteles y otros cancelaron sus reservaciones.

En la Península, el sector norte fue el más afectado por el terremoto. En Cadeate, San Antonio, Libertador Bolívar y la cabecera parroquial de Manglaralto, se cayeron casas, colapsaron techos y paredes y hay inmuebles con estructuras fisuradas que amenazan con desplomarse en cualquier momento.

En la capital de Los Ríos, Babahoyo, el reporte fue de 118 viviendas destruidas, entre ellas la de Inna Cayambe y su bebé de un año, quienes pernoctaron en la calle junto a una centena de habitantes de las ciudadelas Solbrisa 1 y Las Mercedes. También colapsaron tres viviendas en Ventanas, otra en Buena Fe y una en Quevedo; en esos cantones hay 30 casas afectadas. RTG/TOF/JLO/ERS