La Gasca, ubicada en sector noroccidental de Quito, ha recibido la atención de las autoridades y ciudadanía después del aluvión ocurrido el día lunes 31 de enero, y el desastre que este dejó a su paso. La destrucción de edificios, las vidas que se llevó, y los desaparecidos causan preocupación, pero surge la pregunta: ¿Se pudo evitar todo esto?

Ramiro Maruri, presidente del colegio de geólogos, explica que este incidente pudo ser mitigado de darse mantenimientos en los alcantarillados; a los alrededores de los puntos críticos de Quito, donde existe mayor probabilidad de deslaves y otros tipos de incidentes; y una planificación urbana pertinente.

Comenta que contribuyó en la creación de un mapa de riesgos de Pichincha en el año 1989, donde considera todas las zonas cuyas quebradas y laderas, que lleguen a estar en planes de urbanización dentro de ciertos sectores, presentan un riesgo para las personas.

El crecimiento de la ciudad es un factor que influencia en el desarrollo de los deslaves, resalta Maruri, señala que no es el aumento de la urbe como tal, sino la expansión sin planificación y omisión de incidentes que pueden ocurrir por construir en áreas específicas.

Explica que la edificación alrededor de y en laderas son un peligro para los ciudadanos y el ecosistema, por los eventos catastróficos que se puedan dar. 

Detalla que la deforestación tiene gran importancia en la magnitud de los deslaves que se den a futuro, puesto que estos bosques que se han talado sirven como una esponja ante estas situaciones, los árboles y el césped de estos bosques absorben y recogen los sedimentos que han sido llevados por las lluvias, que pueden causar estas olas de lodo, como las que arrasaron con todo a su paso en La Gasca.

“Llama la atención que se haya permitido la expansión urbana hasta las laderas y zonas de peligro”. Maruri relata que expertos, incluyéndolo, ya han hablado de los peligros sobre cómo se debería tratar el tema de la expansión de la ciudad frente a las autoridades municipales y gubernamentales, comenta que sus aportaciones y advertencias han sido ignoradas, pese que han existido casos similares en Pinar Alto en 2019, y aún así, se ha seguido construyendo sin una planificación y mantenimiento correcto en la ciudad.

Considera que desde el sur de la ciudad, saliendo de los túneles del C.C. El Tejar, hasta llegar al C.C. El Bosque, todas las quebradas del sector, presentan un peligro a futuro para la ciudadanía, añade que las autoridades solo actúan cuando ya ha ocurrido el incidente, y siempre esperan que algo ocurra para que comiencen a tomar acción.

El geólogo Ramiro Maruri a continuación detalla puntos a tomar en cuenta para evitar futuros deslaves e incidentes similares en la urbe:

• Mantenimiento del alcantarillado constante que permita un flujo correcto del agua, y evitar inundaciones.

• Construcción de sistemas que permitan evacuar los sedimentos que pueden formar estos ríos de lodo.

• Planificación previa a urbanización, estudio de la zona e incidentes previos.

• Cuidado de los ecosistemas que sirven como frenos naturales de este tipo de incidentes.

• Consultar con expertos, urbanistas o geólogos cuando se trate de ubicaciones en sectores de riesgo.

“No solo son edificios destruidos, son vidas perdidas ahora”, lamenta Maruri, con cierta esperanza de que se tome acción con antes y así evitar otros percances, que señala pueden ser evitados.