Para quitarse el sombrero

Para quitarse el sombrero

El sombrero es, para muchos, una prenda de identidad de la que no quieren desprenderse. Solo se la quitan para dormir, para hacer reverencia o para que le tomen una fotografía para pedir una visa.

El sombrero es, para muchos, una prenda de identidad de la que no quieren desprenderse. Solo se la quitan para dormir, para hacer reverencia o para que le tomen una fotografía para pedir una visa.

El asambleísta César Umajinga (Pachakutik) cuenta que, cuando se convirtió en el primer prefecto indígena, no asistió a muchos eventos porque las invitaciones indicaban que debía ir con saco y corbata y él no ha estado dispuesto a quitarse el sombrero y el poncho que lo identifican como indígena cotopaxense. Más aún cuando la Constitución garantiza el Estado plurinacional.

Con sombrero y poncho está en la foto de su cédula de identidad, en las imágenes con las que inscribió su candidatura para las diversas dignidades de elección popular a las que se postuló, incluido el de asambleísta que hoy ocupa. Por ello, a Umajimga le sorprende que el CNE le pida al candidato a asambleísta Héctor Vanegas, del movimiento Fuerza Compromiso Social, que se identifica como un montuvio que entregue una foto sin sombrero para poder inscribirlo.

El sombrero negro, la camisa blanca, el pantalón oscuro y el poncho rojo son las prendas que Umajinga usa para actos con vestimenta formal. “Jamás me quitaré mi sombrero porque hacerlo sería despojarme de mi identidad”, dice.

Como él, otros asambleístas en funciones utilizan sus vestimentas: Lourdes Tibán y José Acacho (Pachakutik); Carlos Eloy Viteri Gualinga, Rosa Elvira Muñoz e Isabel Piedad Mosquera Yánez (PAIS).

Todos ellos se inscribieron, en las pasadas elecciones, con fotos en las que están con sombreros que usan en sus comunidades campesinas y montuvias.

“Siempre llevó puesto el sombrero de montuvia”, dice la asambleísta Isabel Mosquera (PAIS) que, cuenta, ha sido víctimas de discriminación en algunas instituciones públicas por el hecho de llevarlo puesto.

“Me inscribí y gané las elecciones con el sombrero puesto”, dice Mosquera que, con esfuerzo, ha logrado que le respeten su identidad montuvia.

Recuerda que ya como asambleísta, una vez no la dejaron entrar al IECE ni al Banco Nacional de Fomento (hoy BanEcuador) por llevar sombrero. También intentaron impedirle el ingreso a la posesión de ministros fiscales, aunque entre los nuevos funcionarios había indígenas con esa prenda.

Marcela Paredes, consejera de CNE, dice que el Código de la Democracia señala, como parte de los requisitos, que la fotografía debe ser en fondo blanco sin ningún tipo de implemento a no ser que se trata de las comunidades y pueblos indígenas que podrían portarlo como distintivo.

Según ella, el sombrero de Vanegas va en contra de ese requisito -aunque siempre lo use- porque todos los candidatos deben tener igualdad de oportunidades. Su sombrero, dice ella, no es un distintito de la comunidad montuvia como lo es el de paja toquilla.

El ganadero Paul Olsen dice que el sombrero muestra costumbres y tradiciones, y es diferente en cada región del país. Y no todos los que se usan en la Costa son de paja toquilla ni se utilizan en todas las ocasiones.