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Por que no quieren al Papa

Asustado se pone cierto sector de la Iglesia cuando el Papa habla. Lo rechazan porque les arrancha “las llaves” de la puerta con la que quieren tener encerrada a la Iglesia (para que no se escapen las ovejas). Se rasgan las vestiduras porque la “doctrina” del Papa es demasiado permisiva y peligrosa. No les gusta que Francisco diga que la Iglesia no es infalible y menos que pida perdón, como lo hizo a los gitanos “por las veces en que, en el curso de la historia los hemos discriminado, maltratado o mirado mal, de forma equivocada, con la mirada de Caín y no con la de Abel, y no fuimos capaces de reconoceros, valoraros y defenderos en vuestra singularidad”, dijo.

También advirtió del daño de las “colonizaciones ideológicas”, tan ateas como en el pasado, ya que buscan imponerse y desarraigar a nuestros pueblos de sus tradiciones culturales y religiosas y esto es lo que empuja a ciertas personas a aprovecharse de otras.

El Papa no solo pide respeto por la diversidad sino que pide perdón por cuánto y cómo los despreciamos por no tener los mismos dioses.

En el año 2016 dijo que la Iglesia no solo debería pedir disculpas a los ‘gays’ que había ofendido, sino a los pobres, a las mujeres y niños explotados y obligados a trabajar, y por haber bendecido armas.

En Bolivia, en el año 2015 pidió perdón por los muchos y graves pecados que, en nombre de Dios, la Iglesia causó a los pueblos originarios del continente durante la llamada conquista de América. En este año, no dejó besar su anillo, retirando incluso, bruscamente la mano. Lo justificó como forma de evitar difusión de gérmenes.

Francisco busca abrir las puertas porque cuenta, entre otras cosas, con que si se le escapa una oveja habrá un pastor, su amigo, que dará su vida por ella y, porque solo con una Iglesia de puertas abiertas podrá entrar quien lo desee.

Sin embargo, está el poder, esa satánica tentación que no discrimina ni a ciertas jerarquías eclesiásticas, que pueden morir sin tener las “llaves del reino”.