Referencial. El plomo puede provocar discapacidades intelectuales de por vida si los niños entran en contacto con algunas pintura.

El plomo de las pinturas, toxico para la salud infantil

Más de un millón de personas han fallecido debido al uso de pinturas con dicho metal, señala la OMS.

El plomo que se encuentra en productos como las pinturas, pone en peligro la salud de millones de personas en el mundo, especialmente de los niños, quienes al entrar en contacto con él puede provocarles discapacidades intelectuales de por vida. Por eso es fundamental erradicar su uso y optar por aquellos productos que no contienen el temido metal. Es el llamado que hace a la ciudadanía la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Cómo se da la intoxicación?

En el caso de los niños, la contaminación se produce a través del aire que respiran, el agua, los alimentos y el suelo. Por eso ¡cuidado! con los pedazos de pintura que caen al piso cuando empieza su etapa de descomposición.

Los niños pueden ingerirlas mientras juegan poniendo en riesgo sus vidas. “Debido a que el sistema nervioso de los infantes aún está en desarrollo, pueden absorber hasta cinco veces más plomo que los adultos”, expresó María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, de la OMS, en Ginebra.

Alteraciones del carácter y comportamiento, disminución de la capacidad de atención, bajo nivel educativo son otras de las consecuencias.

Y es que el plomo se almacena en los dientes y huesos y se acumula, pasando factura con el tiempo, afectando órganos como el cerebro, hígado, riñón y huesos.

Cuidado con los juguetes pintados con pintura que contienen plomo en su fabricación, incluso muchas máscaras que se venden por Halloween pueden contener el nocivo metal. Por eso es importante que lea las etiquetas.

Los síntomas

Aunque gran número de niños no presentan ningún signo, otros pueden manifestar:

Dolor de cabeza, falta de concentración, alteración del carácter, pérdida del apetito y de peso, náuseas y vómitos, estreñimiento, sabor metálico en la boca, cansancio y palidez, según los Institutos Nacionales de la Salud, de Estados Unidos.