
Lo que se paga por encontrar empleo
Además de estar sin empleo son extorsionados. La injusticia que cometen determinados maestros de construcción hace que la tasa de desempleo del país que es baja, según cifras oficiales, (4,77 %) se vuelva un drama en el sector de la construcción.
Según los trabajadores de la construcción les cobran 20 dólares semanales por el puesto de trabajo y por mantenerlos laborando. Al mes son 100 dólares que dan en coima. Un albañil por día gana $ 20 más o menos, varía según el oficio que desempeñe.
Es la razón por la que más albañiles se presentan en las obras donde la contratación es directa y no a través de maestros contratistas.
Así en cuanto los albañiles desempleados se enteraron de que en la obra del hospital del Instituto de Seguridad Social (IESS) del norte la contratación es directa y que aún reciben carpetas, llegan por cientos en busca de un puesto.
Hace quince días en 8 horas se recibieron unas 500 hojas de vida y desde allí cada día llegan más o menos 100. Hasta buses contratados de otras provincias han llegado, según los mismos aspirantes, lo que ha provocado que los trabajadores locales pidan que den preferencia a los guayaquileños.
Pero, esa diferencia no es fácil de hacerla, ya que es difícil comprobar si la persona reside en la ciudad solo por la obra o llevan años viviendo en Guayaquil, aunque nació en otra parte del país.
La falta de trabajo los vuelve hasta temerosos de muchas cosas y sin razón. La tendencia entre los desempleados es no dar sus nombres, por ejemplo, porque temen que al salir en la prensa no les den trabajo.
Ellos son parte de los rostros que toma la contracción económica que hay en el país, como efecto del choque externo.
La encuesta de Deloitte demuestra que entre los sectores más afectados en desvinculación y rotación de personal también están las empresas de petróleo (26,9 %), de automotriz (21,2 %), de seguros (13,8 %) y de farmacéuticas (11,9 %).
Las autoridades y empresarios vez tras vez han indicado que no hay despidos masivos.
Pero, hay un ‘goteo’ de desvinculación de personal que puede llenar un ‘cubo’ que se podría desbordar, si no se actúa con una estrategia bien pensada de anticrisis.