Los feligreses con sus velas primero oran en la gruta de la Virgen del Rosario de Agua Santa.

Oraciones con velas de colores a la Virgen de Agua Santa

Los feligreses acuden a la Basílica construida con piedra volcánica negra y rojiza, culminada en 1929, ubicada en la ciudad de Baños en Ecuador.

Un templo de estilo gótico se impone en Baños, ciudad ‘Pedacito de Cielo’, es la Basílica construida con piedra volcánica negra y rojiza, culminada en 1929 y que encierra historia, cultura y devoción.

El paisaje alrededor de la edificación religiosa hechiza, porque está rodeada de montañas, cascadas y dos torres que parecen alcanzar las nubes.

En las paredes están colocados murales con cada uno de los milagros otorgados a la matrona, la Virgen del Rosario de Agua Santa, en especial los relacionados con la erupción del volcán Tungurahua en los últimos 400 años.

La construcción demoró casi 40 años, guiada por la divinidad de la matrona del cantón. En Baños, los devotos de la virgen, aseguran que siempre los ha protegido. El templo ha servido de refugio desde la época de las erupciones y también para las decenas de feligreses que acuden a pedir por milagros o a agradecer por los favores recibidos. Comenzó a construir la Basílica el fray Tomás Alflants, a finales del siglo pasado, y completada en 1929 por el fray Sebastián Acosta.

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Recorrerla toma su tiempo. Dentro está el santuario y la gruta donde los feligreses van a pedirle en oración por algún favor o a darle gracias por los concedidos. Cada petición se acompaña según los colores.

Julia Tamayo tiene 45 años vendiendo velas en las afueras de la Basílica. La creyente se encarga de indicar a los feligreses el color que debe utilizar por cada petición.

Explica que cada color de vela tiene un propósito. Por ejemplo el azul es para la salud, morada y rosada para los estudios, verde es esperanza. También está el amarillo que es para pedir por trabajo y negocios; color tomate para la familia; roja para el amor y bienestar de la pareja; y, la blanca que representa la pureza, es para agradecer por los milagros.

Los feligreses con sus velas primero oran en la gruta de la Virgen del Rosario de Agua Santa y de ahí se dirigen al velero como para afianzar su petición. Niños y adultos van a este espacio donde reposan decenas de ceras de diferentes colores, cada una tiene una plegaria o agradecimiento. Al finalizar la oración inscriben -con sus dedos marcados por la cera de las velas- los nombres de las personas que pide la oración y a quienes buscan proteger.

Existen dos asociaciones que venden las velas fuera de la iglesia que agrupan a cerca de 40 personas. Julia pertenece a la Asociación 16 de diciembre y permanece todos los días desde las 09:00 hasta las 15:00. Existen otras personas que llegan desde antes que empiece la primera misa a las 06:00.

José Cortés Rincón es un creyente católico que arribó desde Lago Agrio junto a cuatro integrantes de su familia para recorrer la basílica y también pedir por la salud. Junto a su esposa, nietos e hijos se acercó hasta el velero y colocó una vela azul. Luego se persignó y siguió su trayecto. “Pido por la salud de todos. He escuchado que la virgencita es muy milagrosa”, mencionó.

Luz María Cortés era la primera ocasión que visitaba Baños de Agua Santa y agradeció a la virgen por permitirles estar en familia. En cambio José Salazar, turista extranjero, compró una vela blanca para dar gracias a la virgen por permitirle tener a sus padres con vida.

El papa Pio XXII declaró a la virgen como la patrona principal de las misiones del Oriente ecuatoriano. Guido Proaño, vicealcalde del cantón, mencionó que en octubre, diciembre y en Semana Santa es cuando tienen el mayor número de feligreses. En octubre celebran a la virgen, es la fiesta patronal; mientras en diciembre es el aniversario del cantón; y en Semana Santa porque llega la peregrinación que se hace por más de medio siglo desde Ambato a Baños.