Nuevo civismo ciudadano
hoy es el Día Nacional del Civismo. Como tal, comprende ideas y prácticas socioculturales referidas a instituciones, leyes y a la patria, en cuanto a deberes y obligaciones ciudadanos que valoran y refrendan “los valores fundamentales de una comunidad política a todos sus miembros”. Así es como toma conciencia de su rol. Es “una suerte de ética de la responsabilidad política” (Muñoz y Lorente) frente a ciudadanos, sociedad y Estado.
Carlos Julio Arosemena Tola declaró al 27 de febrero su día, para fortalecer los valores y la práctica ciudadana. Es por ello oportuno para reflexionar sobre las condiciones económicas, sociopolíticas y culturales del civismo, y de sus avatares, pues en cada momento predomina una forma determinada de expresión de él.
Por eso la cívica ciudadana es un conjunto de principios, valores, actitudes y comportamientos de la sociedad. Factores que moldean y guían a la ciudadanía. La cívica y el civismo son referentes y acciones del comportamiento sociopolítico. No tienen que ver con la política partidista, pero sí con la política como conjunto de principios, deberes y derechos de todo ciudadano.
No puede haber ciudadanía sin civismo, aunque ideologías y partidos políticos estén en crisis. Por eso es preciso preguntar cuál es la calidad de civismo que requieren Guayaquil y el país. En la urbe este debe ser y estar orientado a la protección y defensa de la ciudad. Y al cumplimiento de deberes y derechos que la sociedad le otorga y reconoce.
La conducta de ecuatorianos sin civismo significa que se los deja a su suerte, para que políticos e ideólogos desorienten su vida. Por eso es preciso que siempre el ciudadano recuerde que es un actor y sujeto político, no por adherencia a un partido o por la orientación ideológica que este le da, sino porque su vida en comunidad tiene que darse enmarcada en la cívica social del hombre moderno.
Al civismo social y cotidiano lo podemos comprender con palabras de Olmedo. Él dijo que: “Amor de patria comprende cuanto el hombre debe amar: su dios, sus leyes, su hogar y el honor que los defiende”.
En otros términos, el ejercicio ciudadano requiere que cada uno de sus integrantes tenga la dosis elemental de él, para que se respete, valore y defienda lo que la comunidad que integran requiere y debe proyectar.