Nueva Colombia
Fue en Estados Unidos, 1962, cuando tuve compañeros de estudios universitarios colombianos, que me enteré de la guerrilla existente en su país. No recuerdo haber leído al respecto en los periódicos de Guayaquil. Eran los primeros años de una nueva era de violencia iniciada por conservadores y liberales a raíz del asesinato de Jorge Gaitán, 1948. Se mataban entre ellos. Con la Revolución cubana, la guerra civil colombiana tomó otro giro; se empezó a asesinar a cualquier persona, no interesaba si era conservadora o liberal. En los periódicos colombianos que mis amigos me prestaban, informaban del peligro que corrían personas viajando por las carreteras, en transporte público o privado; los guerrilleros paraban el tráfico, sacaban a personas del vehículo y las asesinaban en forma sádica. Las muertes tenían nombre, dependiendo de la forma en que se realizaban. El secuestro se convirtió en fuente de financiación para sus actividades ilícitas. Comenzaron con secuestros a gente adinerada, pero con los años se extendieron también a personas de clase media. Había tarifas aplicadas a los rescates. Posteriormente los guerrilleros encontraron que era negocio asociarse con traficantes de drogas; ambos se beneficiaban del acuerdo económico.
Mis compañeros colombianos debían esperar la llegada del correo para leer las noticias en los periódicos que sus padres les enviaban. Está en mi memoria el día en que uno me comentó haber recibido una llamada telefónica de su padre informándole que su tío había sido secuestrado. Un mes después recibió otra para hacerle conocer que había sido asesinado. En esos años me fui dando cuenta de que la guerrilla crecía en número y territorio, hasta apoderarse de gran parte de Colombia.
Hoy se habla de que el problema de la guerrilla se encuentra en el norte de Ecuador, pero si no se toman medidas drásticas y urgentes, la tendremos en la mayoría de las provincias.
El presidente Lenín Moreno debe buscar ayuda en los estadounidenses. Su tecnología no tiene contendor. También pedirla a Colombia, tiene cerca de 70 años de experiencia combatiendo la guerrilla.