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El destructor USS Gravely de la Armada de Estados Unidos arribó este domingo, a Puerto España (Trinidad y Tobago).EFE

Así es el destructor con que EE. UU. amenaza a Venezuela: llegó a Trinidad y Tobago

Se trata de uno de los destructores más modernos y letales de la Marina de Estados Unidos

El destructor USS Gravely, de la Armada de Estados Unidos, arribó este domingo 26 de octubre de 2025 a Trinidad y Tobago para llevar a cabo ejercicios militares durante varios días, como parte del despliegue naval de Washington en el mar Caribe.

El pequeño país caribeño está ubicado muy cerca de Venezuela: la isla de Trinidad se encuentra a apenas once kilómetros de la costa venezolana en su punto más cercano.

El buque ancló en un muelle de Puerto España a eso de las 09:00 (13:00 GMT) bajo fuertes medidas de seguridad, atestiguó EFE.

Operaciones de patrulla y seguridad marítima

El USS Gravely no es un buque cualquiera. Se trata de uno de los destructores más modernos y letales de la Marina de Estados Unidos, una presencia flotante que suele anunciar poder y advertencias en partes iguales. Esta semana recaló en Trinidad y Tobago, a pocos kilómetros del Caribe venezolano, en lo que analistas regionales interpretan como un gesto de presión y vigilancia de Washington hacia el gobierno de Nicolás Maduro.

Construido por el astillero Ingalls Shipbuilding y comisionado en 2010, el Gravely pertenece a la clase Arleigh Burke, columna vertebral de la flota de superficie estadounidense. Con 155 metros de eslora y un desplazamiento de más de 9 mil toneladas, este destructor combina velocidad, maniobrabilidad y una potencia de fuego capaz de transformar cualquier escenario en un teatro de operaciones.

Su sistema de combate Aegis, conectado a un radar multifunción SPY-1D, le permite detectar y seguir centenares de blancos aéreos o navales simultáneamente. Desde sus 96 celdas de lanzamiento vertical, puede disparar misiles de crucero Tomahawk —con alcance superior a 1.600 kilómetros—, misiles antiaéreos SM-6 y misiles antisubmarinos ASROC. A ello se suma un cañón principal de 127 mm, torpedos y el sistema de defensa cercana Phalanx, un cañón Gatling de seis tubos capaz de pulverizar proyectiles enemigos a corta distancia.

Un pionero afroamericano en la Marina

El barco lleva el nombre del vicealmirante Samuel L. Gravely Jr., pionero afroamericano que rompió las barreras raciales en la Marina estadounidense durante la Guerra Fría. Su legado se refleja en la tripulación multicultural del buque, una imagen que Washington suele proyectar como símbolo de inclusión y liderazgo global.

Aunque el Pentágono ha presentado la escala del Gravely en Trinidad y Tobago como parte de una “misión de cooperación marítima”, su sola presencia en el Caribe sur tiene lecturas geopolíticas inevitables. Ocurre justo cuando aumentan las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela por la situación en el Esequibo, el incremento de la actividad militar venezolana en la frontera y los recientes ejercicios conjuntos de Caracas con Rusia e Irán.

Con capacidad para operar durante meses en alta mar, escoltar portaaviones o ejecutar ataques de precisión, el USS Gravely es, en la práctica, un recordatorio flotante del alcance del poder naval estadounidense. Su arribo a las aguas trinitarias no pasa desapercibido: en el tablero del Caribe, cada movimiento cuenta, y este destructor llega con un mensaje claro, aunque no dicho en voz alta.

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Fotografía que muestra la llegada del destructor USS Gravely de la Armada de Estados Unidos este domingo, a Puerto España (Trinidad y Tobago).EFE

Una preocupación regional

Estados Unidos ha movilizado buques militares, un submarino y aviones de combate para operaciones contra el narcotráfico, que hasta ahora han dejado 43 muertos en diez bombardeos a presuntas lanchas con drogas en el Caribe y el Pacífico.

Se espera, que tanto el buque como las otras tropas, permanezcan en Trinidad y Tobago hasta el 30 de octubre próximo para hacer sus entrenamientos junto a la Fuerza de Defensa local, según anunció el Ministerio de Exteriores trinitense.

No obstante, diez exmandatarios de la Comunidad del Caribe (Caricom) expresaron su preocupación ante el aumento de tropas militares, barcos nucleares y aeronaves estadounidenses en la zona, pues las mismas provocan una amenaza a la seguridad y bienestar de sus habitantes.

Los respectivos expresidentes de Jamaica y Santa Lucía, Bruce Golding y PJ Patterson, y Kenny Anthony, y los primeros ministros de Belice, Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Grenada y Santa Lucía, Said Musa y Dean Barrow, Baldwin Spencer, Freundel Stuart, Edison James y Tillman Thomas, respectivamente, conforman el grupo.

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