Dirigente. Víctor Morocho ejerció el liderazgo de la comunidad para lograr un diálogo con la empresa.

El Morro logra llevar a la mesa a DP World

Afectación. La comunidad pesquera de Puerto El Morro dice que la tala de manglares afecta la pesca de cangrejos, calamar y otros moluscos.

Es una pequeña comunidad de pescadores y de agentes de turismo que viven del avistamiento de delfines y fragatas la que logró llevar a la mesa de negociaciones a la dueña de 74 terminales portuarias en el mundo, y que levanta el puerto de aguas profundas en Posorja.

Sí, los comuneros que dicen no haber sido tomados en cuenta durante la socialización de la obra, llevaron al mismo gerente de DP World Posorja, Jorge Velásquez, para hablar de los efectos negativos que está causando la construcción del primer muelle, de 400 metros.

La empresa dubaití, de la que puede presumir su dueño el sultán de Dubái, por sus casi $ 4.500 millones anuales en ingresos, se comprometió no solo a escuchar, sino a contratar proyectos luego de que Diario EXPRESO sacara a la luz la queja de esta comunidad, convertida, gracias a sus delfines, aves y gastronomía, en el mejor sitio de Guayaquil para visitar.

“Lo que aún nos preocupa es que no hayamos firmado un documento de compromiso”, señala Víctor Morocho, responsable de hacer frente a esta potente empresa, que en boca de Lucy Anastasio ha hecho un daño profundo a la pesca y que ya afecta al turismo por el alejamiento de los mamíferos marinos, su fuente de ingresos.

En la reunión, del pasado 16 de abril, se trató de apaciguar las críticas. Allí cuatro ejecutivos de DP World prometieron alquilar una lancha para llevar a los comuneros al sitio donde supuestamente han sembrado “las 60 hectáreas de manglar” para compensar las 10,4 que talaron. Hasta propusieron ponerle un rastreador satelital a los defines para que las embarcaciones que llevan turistas lleguen directo a donde están los animales y no gasten recursos en recorrer tantas millas. Eso sí, la navegación cerca del muelle será restringida, “por temas de seguridad”.

Jorge Velásquez hasta se comprometió a velar por los “invasores” que fueron desalojados de la zona donde se construye una carretera.

Defendió los 292 puestos de trabajo que ha dado a los ecuatorianos China Harbour en la construcción de muelles y los 120 empleos de Herdoíza Crespo, que construye la vía; eso sí, la comunidad le dejó claro que “nadie de la zona está trabajando en ellas”.

“Los sectores que fueron expropiados, algunos eran invasiones, pero sí hay unos donde hay dueños de esos terrenos y hay un proceso que se ha hecho con el Ministerio de Transporte; se están haciendo las fichas, el avalúo... buscaremos la forma de ayudarles, darles un asentamiento como debe ser porque cuando fuimos al ministerio no vimos que existiera una política por parte del ministerio de ayudar o regular la situación, aunque sean invasoras, de esas familias”.

Los muelles están avanzados ya, pero el 16 de abril fue la primera vez que 24 personas de la comunidad les vieron la cara frente a frente a los ejecutivos de DP World. Pablo Morales, presidente de las Asociación Forjadores del Futuro, espera que todo se concrete y que no los dejen como novia de pueblo (vestida y alborotada).