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Marizol, del casi retiro a la historia

Estuvo a punto de botar la toalla. Después de un retiro de casi cuatro años, Marizol Landázuri regresó a las pistas e inscribió su nombre con letras doradas en la historia del atletismo sudamericano.

Preparación.  Marizol Landázuri entrenó en la pista sintética de Los Chasquis, en Quito, para el Gran Prix de Medellín, Colombia.

Estuvo a punto de botar la toalla. Después de un retiro de casi cuatro años, Marizol Landázuri regresó a las pistas e inscribió su nombre con letras doradas en la historia del atletismo sudamericano.

La ecuatoriana ganó media docena de medallas de oro en 36 días. Lo hizo en el circuito del Gran Prix de Colombia, en la prueba de los 100 metros lisos. Es la única deportista en lograr este récord.

Ella nació hace 25 años, en Esmeraldas, en un hogar humilde. Tiene cinco hermanos. Dio sus primeros trotes en el colegio anexo José Basurto Mendoza. Los técnicos Jorge Casierra y Roberto Erazo vieron sus condiciones en un torneo colegial y, al siguiente día, pidieron a sus padres que le permitan entrenar con ellos.

En su tierra natal no tenía el apoyo de las autoridades deportivas. Luego de terminar el bachillerato se alejó de las pistas y también de su familia: se mudó a Guayaquil para estudiar enfermería. Allí trabajó como vendedora de productos por catálogo. Corría para relajarse.

Varios entrenadores se sorprendieron por su rendimiento. Uno de ellos, Ariel Hernández le dijo: “Muchacha, ¿qué haces aquí desperdiciándote?”. Le recomendó que fuera a entrenar en Quito con Nelson Gutiérrez. El cubano trabaja con Ángela Tenorio, la ecuatoriana más veloz. Ahora ellas son rivales en la pista. Landázuri siguió ese consejo y, en 2014, se mudó a la capital.

“He ganado todas las competencias en las que he participado este año. Las marcas no han sido las mejores, pero sigo trabajando para mejorarlas”, dijo a EFE, tras triunfar en Medellín. Ella sueña con estar en la final olímpica en Río 2016.