Ofrendas. Los grupos salieron en los cuatro puntos cardinales de Agua Blanca entregando regalos a sus dioses.

En Manabi celebraron los 525 anos de la resistencia indigena

Las comunidades ancestrales de Salango y Puerto López recordaron el 9 y el 12 de octubre, 525 años de resistencia indígena con diferentes actividades culturales.

Las comunidades ancestrales de Salango y Puerto López recordaron el 9 y el 12 de octubre, 525 años de resistencia indígena con diferentes actividades culturales. Vistieron peculiares trajes prehistóricos y convocaron con rituales a sus antepasados en medio de sahumerios a la orilla de la playa y entre la población.

Estos agradecieron con sus rituales a la naturaleza, con danzas y sahumerios, por los frutos y pesca recibidos. En Salango el escenario fue la playa, en donde lanzaron una balsa manteña al mar y navegaron hasta la isla de ese mismo nombre. Con esto simularon la liberación de los pueblos indígenas que se asentaron en el sur de Manabí y que fueron explotados por los invasores españoles.

“Estamos agradeciendo con estos rituales a los cuatros elementos fundamentales de la vida, como son: la tierra, el fuego, el agua, el aire, y todos sus componentes que existen en la naturaleza, por las abundantes cosechas y pesca que nos han dado nuestros dioses. Un pueblo sin identidad y sin cultura no es nada”, indicó en el ritual Carlos Pin, uno de los participantes de la simulación ancestral.

Edisson Barthon, principal del Centro de Desarrollo Social (Cedesa) de Salango, indicó que esta actividad ancestral la han venido realizando desde 1992 y que esto representa a la cultura e identidad de estos pueblos que lograron liberarse de la conquista española.

En Agua Blanca, la celebración fue el 12 de octubre a las 10:30, cuando numerosos grupos que vestían taparrabos, caras pintadas, plumas y pies descalzos, salieron desde los cuatro puntos cardinales de sus comunidades y con vasijas de barro frotando humo con un exquisito aroma realizaron un círculo, al que llamaron de agradecimiento a la madre naturaleza.

“Estos puntos representan a cada uno de los trueques que realizaban nuestros ancestros al comercializar sus cosechas, como eran el maíz amarillo, blanco, rojo y dorado que también significan la productividad de cada pueblo”, indicó Hugo Asunción, del sitio Agua Blanca. Una vez que el viento sopló y esparció por todo el pueblo el agradable humo de palo santo, los participantes (simulación indígena) realizaron un círculo en el centro y se arrodillaron llevando las vasijas prendidas en fuego y adoraron a la madre tierra.

Uno de los productos derivados del maíz y como refresco ancestral es la chicha de jora, que fue repartido entre los asistentes en utensilios de mate. “Esta bebida como complemento de la madre tierra, como es el maíz, lo llevaban en las cacerías y los viajes largos por alta mar nuestras tribus como refresco”, recordó Pedro Ventura, otro participante de los rituales en Agua Blanca.

Paúl Martínez, uno de los caciques del pueblo de Agua Blanca, recordó que esta actividad es un homenaje al día de la resistencia indígena y que se la quiso remplazar por el Día del Descubrimiento de América.

“Este es un justo homenaje que hace pocos años fue tomando fuerza y se la estaba remplazando esta fecha como ‘el descubrimiento de América’. Éramos libres y nos volvieron esclavos, nos considerábamos hijos del sol”, acotó Paúl Martínez, comunero participante. (F)