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Madres por tres: su amor no se divide, se multiplica

La hoja está siempre detrás del televisor. Parece un horario de clases, pero cuando uno echa un ojo al papel, nota que se trata de otro tipo de control: “Ezequiel. Pis: 09:00, popó: 12:00, biberón: 08:00”. Sebastián y Sofía también cuentan con una colu

Madres por tres: su amor no se divide, se multiplica

La hoja está siempre detrás del televisor. Parece un horario de clases, pero cuando uno echa un ojo al papel, nota que se trata de otro tipo de control: “Ezequiel. Pis: 09:00, popó: 12:00, biberón: 08:00”. Sebastián y Sofía también cuentan con una columna en el informe. El dormitorio de estos trillizos es un centro de vigilancia permanente supervisado por una uruguaya de 40 años que les dio la vida hace cinco meses, Fabiana Selva.

Esta extranjera sentó raíces en el norte de Guayaquil hace trece años, cuando vino a trabajar en diseño de interiores. Hace seis conoció a su esposo y hace menos de uno se convirtió en madre de los tres niños que ahora -metafórica y literalmente- le roban el sueño.

No está sola. Cuenta con la ayuda diaria de una tía de su esposo, pero no es suficiente. Nada lo es si de trillizos se trata. “Lloran al mismo tiempo, demandan atención cada uno por su cuenta, es bastante difícil...”.

Al otro lado del río, en una ciudadela privada de Samborondón, existe alguien que la entiende a la perfección: “Es caótico cuando son bebés, sí, pero luego viene una parte no menos complicada: la infancia”. Habla Adriana Caicedo. Sus trillizos, Alessandra, Adriana y Gustavo tienen tres años.

En la Navidad pasada, ella, que emocionada había puesto el arbolito, casi se desmaya al descubrir que los niños mandaron al piso los adornos y dejaron en la sala lo que parecían las secuelas de un terremoto.

“Definitivamente, no todo es color de rosas. Pierdo la paciencia, los castigo, pido auxilio... pero con todo esto, los adoro”. Sus niños acaban de empezar la escuela. Hay rigurosidad en casa hasta para tomar la siesta: “es que si uno duerme, el otro no puede hacer bulla”. Adriana es estricta: “Los castigo, les pongo límites... La educación en casa es muy importante”.

En otro punto del Guayas, pasando varias carreteras, a la entrada de El Triunfo, una madre de 40 años comprueba esta afirmación. Gladys Granda atiende un comedor con tres bonitas ayudantes de 22 años, sus hijas Kerly, Karen y Katherine. El local se llama Las Lupitas, como se las conoce a ellas, sus trillizas, por tener todas el segundo nombre de su mami, Guadalupe.

Gladys las crió sola. El padre se ausentó cuando ellas cumplieron un mes. Tuvo la ayuda de su familia y debió, con apenas 17 años, entender qué era ser madre de tres pequeñas. Vivió lo que vivieron Fabiana y Adriana y ya cruzó otra etapa que ellas aún tienen lejos: la complicada adolescencia. La historia no dista mucho. Las niñas tienen horarios para ayudar en casa y la disciplina reina.

¿Cuál es el secreto para llevar con éxito este ritmo materno? Gladys dice que es el control, Adriana, que es la tranquilidad, pero es Fabiana quien resume todo en dos líneas: “Una mamá de trillizos no se divide, se multiplica”.

Un control riguroso para comer. Fabiana Selva imprimió un horario de alimentación para velar por la salud de sus hijos, Sebastián, Sofía y Ezequiel. Ellos nacieron el 7 del diciembre del 2015.

Las tareas de casa se comparten. Gladys Granda tuvo a Katherine, Karen y Kerly un 25 de abril de 1994. Estas trillizas ayudan a su madre en un restaurante a la entrada de El Triunfo.

Crecer juntos, no revueltos. Alessandra, Adriana y Gustavo nacieron el 1 de noviembre del 2012. Su mami es Adriana Caicedo. Ellos acaban de empezar la primaria. Estudian en paralelos diferentes.

SUS SECRETOS DE CRIANZA

Otra mamá. Sin su esposo guayaquileño, la uruguaya Fabiana Selva simplemente “no podría” con los tres bebés. Camilo Rizo es “la otra mamá” de los trillizos. “En la noche, luego de trabajar como ingeniero todo el día, él se mantiene despierto, como yo. Los cuida, los vigila, no descansa...”.

Estimulación. Por el consejo de su pediatra particular, Adriana Caicedo puso a sus trillizos a los cinco meses en talleres de estimulación temprana. “No me arrepiento de haber tomado esa medida. A veces pensamos que son cosas que están de moda, pero en realidad siento que ese proceso ayudó mucho a los niños a desarrollarse”.

Unión. Sí, puede que las trillizas de Gladys Granda crean que existe demasiado rigor en las reglas de su madre, que no las deja ir a ningún lado si no van juntas, pero esa es probablemente la causa de que ellas opten siempre por armar un equipo. Ahora mismo todas piensan en entrar a la ANT.

Alexandra Arellano médico obstetra / Maternidad Sotomayor

“Son casos con más riesgos”

¿Qué tan complicado es el proceso de gestación de trillizos?

Los cuidados son muchísimo mayores de los que se aplican en un embarazo normal. En el embarazo triple aumentan los riesgos de presentar cualquier patología agregada. Uno de los mayores peligros a los que se enfrentan los bebés es nacer prematuros. Casi ninguno llega a las 38 semanas.

¿Qué tiempo demanda un embarazo múltiple?

La mayoría termina a las 32 semanas (los trillizos de esta nota nacieron casi todos a las 34 semanas de gestación). Hay embarazos dobles que sí llegan a 35, pero cuando es triple, es casi imposible que cumplan este tiempo. De hecho, hay niños que con 28 semanas ya salen.

¿Qué tipo de parto tienen las madres de trillizos y cuánto dura?

Obligadamente paren por cesárea. Esta parte no es en realidad una complicación. Puede haber una, en cambio, cuando los niños están afuera, porque el útero puede no contraerse y causar hemorragia. Esto se controla con medicación. Estos partos duran aproximadamente 45 minutos.