El liberalismo social guayaquileno

Sobre el pensamiento sociopolítico, filosófico y variantes ideológicas y culturales del Guayaquil colonial y republicano hay una gran desmemoria. Las élites ilustradas y modernas que eran la regla en el siglo XIX y primera mitad del XX, ya no existen. Las empresariales, sociopolíticas y culturales de hoy portan un ascendente y peligroso proceso de desilustración. Su memoria histórica es frágil y precaria. Viven en extravío teórico y político. No saben cuál es la herencia recibida. La desconocen, no preservan, defienden ni proyectan el liberalismo social de los grandes conductores sociopolíticos del pasado.

No conocen que esta sociedad local fue pionera en la creación del liberalismo social. De ahí que sea necesario definirlo como un pensamiento, acción y praxis que crearon y cristalizaron en ideas, libros, publicaciones, formulaciones, propuestas y discursos.

Las élites de hoy prefieren los catálogos de Miami y los desfiles de moda a penetrar en el ideario, pensamiento-acción de Olmedo, Rocafuerte, Aguirre Abad, Pedro Carbo, la generación del 30, los dirigentes de mayo de 1944, etc. En un proceso se cristalizan ideas y acciones que culminan en el liberalismo social.

Entendiendo por tal ese conjunto de ideas, propuestas-programas, cuanto la praxis política de ellos que une la reivindicación de la libertad en todas sus dimensiones en la sociedad y ciudadanía, la asumen y practican con la doctrina liberal, pero siempre desde su preocupación y defensa de lo social. Olmedo alude en 1812 a la situación social de servidumbre indígena en su discurso de la abolición de las mitas. Rocafuerte reivindica su interés y defensa de la educación y la atención a la salud. Aguirre Abad lo hace desde su perspectiva de la abolición de la esclavitud. Pedro Carbo desde la necesidad de asegurar una secularización ideológica-política, sociocultural y educativa que permita separar lo que le compete a la sociedad, Iglesia y ciudadanía. El Grupo de Guayaquil también lo hizo, poniendo en la escena histórica la necesidad de pensar la condición social de montuvios, negros, cholos y sus procesos sociales. Sobre esto hay que alfabetizar a las élites.