Los últimos cambios practicados por el mandatario fue en las carteras del Interior y Defensa, la semana pasada.

El lento proceso de marcar las distancias

Cambio. La Secretaría Toda una Vida también fue reformada. Irina Cabezas, que fue parte del anterior Gobierno, fue reemplazada por Isabel Maldonado.

Se trata de una lenta metamorfosis. A tres semanas de que se cumpla el primer año de Gobierno, el equipo de trabajo del presidente Lenín Moreno va perdiendo, poco a poco, los tonos verde flex que aceptó como herencia del correísmo.

Con los últimos cambios practicados por el mandatario en las carteras del Interior y Defensa, la semana pasada, la balanza se inclinó definitivamente hacia el otro extremo de la autodenominada revolución ciudadana.

De los 18 funcionarios de alto nivel que dieron el salto del gobierno de Rafael Correa al de Moreno, apenas quedan siete y, hasta el 24 de mayo próximo, se esperan más cambios a nivel de los ministerios y algunas secretarías

Esto, sin contar con la salida del exvicepresidente Jorge Glas, que llegó como parte del binomio presidencial, pero fue alejado del cargo por sospechas de corrupción que luego fueron confirmadas, en primera instancia, por la justicia.

En su lugar, fue posesionada María Alejandra Vicuña que fue asambleísta de Alianza PAIS en el tiempo de Correa y desde ahí hizo una vehemente defensa a su gobierno, aunque ahora le critica que haya permitido una administración en la que “campeaba la corrupción”, como dijo en la Cumbre de las Américas.

El día de su posesión, Moreno firmó el decreto ejecutivo No. 8 con el que nombró a 36 ministros y secretarios de Estado. De ellos, 17 ya no ocupan los cargos para los que fueron designados: es decir, un 45 % de cambios.

El primer cisma dentro del oficialismo se produjo en agosto pasado, cuando los consejeros presidenciales Ricardo Patiño y Virgilio Hernández, más la entonces secretaria de la Política, Paola Pabón, decidieron dar un paso al costado.

¿El motivo? Las críticas que empezó a hacer Moreno, en los primeros tres meses, al anterior Gobierno por los actos de corrupción y por la difícil situación en la que encontró a las finanzas públicas, pese a que le dijeron que le dejaban la mesa servida.

Las últimas bajas de rezagos correístas fueron César Navas, que dejó el Ministerio del Interior y lo reemplazó Mauro Toscanini y Patricio Zambrano que salió del Ministerio de Defensa y en su lugar fue colocado el general (sp) Oswaldo Jarrín.

Los dos renunciaron luego de que se cumplió el plazo de 10 días que dio el presidente para que capturen al líder narcoterrorista alias ‘Guacho’ y liberen a una pareja de ciudadanos que estarían en su poder. Ambas cosas sin resultados.

Si bien Zambrano, no ocupó cargos públicos durante la administración de Correa, fue aliado de Alianza PAIS desde el Partido Socialista.

Quien no se dio por aludida por el plazo que dio el mandatario, es la ministra de Relaciones Exteriores, María Fernanda Espinosa, que también es cuota del correísmo, en el que ocupó, además de la Cancillería, la cartera de Defensa y el Ministerio Coordinador de Patrimonio.

Comunicación

En otros espacios el correísmo también pierde presencia. Aunque siempre negó su cercanía al anterior mandatario, el exsuperintendente de Comunicación, Carlos Ochoa, no negaba su admiración por Correa. Él fue removido por la Contraloría, decisión que fue ejecutada por el Consejo de Participación.

Economía

Luego de dejar la consejería en el área económica del actual gobierno, Patricio Rivera decidió asumir la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria. El Consejo de Participación transitorio, sin embargo, determinó que esta posesión caducó, porque se produjo fuera del tiempo determinado por la ley.

Fiscalía

Como “un fiscal de lujo” y un “amigo” calificaba el expresidente Rafael Correa al destituido fiscal, Carlos Baca Mancheno. Pese a que el exfiscal aseguraba que su gestión en la Fiscalía General sería independiente, varios sectores cuestionan que no haya investigado a Correa por los casos de corrupción.

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