Es conocida la representación de la Justicia como una mujer con los ojos tapados y por eso dicen que es ciega. También dicen que tarda pero llega. En nuestro Ecuador parece que ella se ha olvidado de nosotros y ni siquiera nos ve. El viaje ni siquiera lo tiene en agenda.

Gracias al trabajo demoledor de los de la década perdida, tengo la impresión de que está convencida de que no existimos. Eso explicaría que a pesar de haberse feriado la riqueza más grande en la historia republicana, solo existan tras las rejas unos escasos ladrones del dinero de todos y que además gozan del privilegio que les concede el dinero, aunque sea mal habido.

Otros se pasean por el mundo, ensucian ciudades bellas con su presencia. Otros regresaron imponiendo condiciones y siguen tan campantes como que si nada hubieran usurpado.

Vemos las disputas en los entes nombrados para el control y pomposamente denominados por siglas. Se diluyen en resoluciones que no surten efecto ya que todo al parecer sigue igual. El doctor Trujillo preside un grupo de ciudadanos que en sus primeras resoluciones hizo creer que se avecinaba el cambio tan anhelado, pero navega hacia el fracaso, naturalmente no por culpa de tan reconocido jurista. Otra perla. Cesan a un funcionario de la década perdida y le impiden que siga presidiéndolos, pero sigue formando parte de ese enjambre de iluminados. Cosas de Ripley que pasan en el país de Manuelito.

Dr. Ignacio Granja Rousseau