La honestidad es un valor supremo para convivir en sociedad, se trata de ser honrado en las palabras, intención y en actos que nos convierte en seres de honor. Cuando aspiramos a la honestidad es buscar la grandeza; parecería anticuado. Sin embargo es la única razón que tiene el ser humano para confiar y que confíen en él.

Conocemos de tantos políticos, militares, profesionales, comerciantes, docentes, clérigos, administradores de justicia que hacen daño en el Ecuador porque tienen antivalores que los hacen no tener vergüenza de esa actitud.

Señor Director, en nuestra profesión de abogados encontramos gente que fueron a la Universidad pero no se quedaron a aprender, clientes que se burlan de lo pactado hasta con escritura pública.

En el entorno social son inmoralidades, contrario a la buena convivencia de unas personas con otras.

Mucho más si hablamos de axiología que es parte de la filosofía por su investigación hasta conocer la naturaleza de los valores y los juicios valorativos. Por lo que imprescindible volver a las materias: moral, cívica, urbanidad, lógica, filosofía, ética, aun en centros superiores de todas las profesiones.

Ab. Franklin Lituma Manzo