Hay que hablar con los hijos, desde pequeños. Y mientras más chicos sean, mejor. Es una de las mejores obras que usted puede hacer mientras viva. Es la mejor manera de ganarse la confianza de ellos. Recuerde que, cuando sean mayores, quizá tengan dificultades, y querrán conversar con una persona que les ayude a resolver los problemas que la vida les presenta. Es hora de hablar con las hijas y los hijos. Desde hoy mismo. En esta semana. Y recuerde, no es una excusa no vivir con su hijos en la misma casa, por situaciones de separación, por ejemplo. Siempre hay que hacerlo. Siempre quedará en el recuerdo, lo que el papá y la mamá les dejaron en su corazón.

Mario Monteverde Rodríguez