“La historia de limites con el sur es un tema que todos tenemos claro”

La historia del problema limítrofe con el Perú la tengo bien clara. Durante mis años de colegio recibíamos una materia que la llamaban Historia de Límites.

Además, me tocó escuchar en más de una ocasión al expresidente Velasco Ibarra decir, que el Protocolo de Río de Janeiro era “nulo de nulidad absoluta”.

Vinieron las escaramuzas o guerras no declaradas. Una de ellas la del Cenepa. Después, la paz lograda para beneplácito de muchos, que incluso pidieron la desaparición del Ejército, pues ya no había enemigo del sur.

Como gran cosa y consuelo se aceptó que el Perú reconociera 1 km2 en su territorio y se le pusiera Tiwinza. Se comprometieron a construir una carretera de acceso. No creo que algún ecuatoriano sensato pise esa zona con orgullo, salvo algún familiar para visitar a su deudo muerto en acción. Este sí héroe. Los demás deben ser considerados veteranos de guerra. Mi carta tenía por objeto resaltar la ingratitud de un pueblo para con su salvador de las garras de Sendero Luminoso.

Soy ecuatoriano, orgulloso del paraíso que es. Totalmente apolítico y contrario a los que quieren destruirlo con medidas ajenas a nuestra realidad, seguidores de los malévolos mandatos de los trasnochados izquierdistas del foro de Sao Paulo.

Caigo en cuenta de que de dos ciudades de Brasil han salido las peores resoluciones en contra del Ecuador, libre, altivo y soberano. Neocomunista jamás.

Dr. Ignacio Granja Rousseau