Glenda Morejón (17 años, 1,52 m), natural de Ibarra, ganó medalla de oro en 5 km de marcha. Campeona mundial juvenil de Atletismo Sub-18, en Nairobi, Kenia, África. Frixon Chila es vicecampeón mundial. Dos medallas mundiales obtenidas por personas a “las que el sistema no proporcionó ayuda”, dijo Lenín. Antes, Glenda logró 3 campeonatos sudamericanos y un título panamericano. Su sueño: clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y en el 2024 pelear por subir al podio. Para entrenar y competir usó chancletas viejas, rotas, atadas con piolas. Sin dinero para comer. “Pudo viajar con US $ 1.200 vendiendo chochos, salchipapas y una colecta”. Se han gastado US$ 53 millones en la formación (¿?) de deportistas, y “de repente, sin que conozcamos, una persona que, muy posiblemente, ha sido maltratada alcanza una medalla mundial”. (Lenín). Sobrevive. Su padre sin trabajo. Su madre vende frutas en un mercado. Giovanni Delgado, guayaquileño, la entrena, gratis, por 10 años. Ausente en Kenia por falta de dinero. Igual ocurrió con Jefferson Pérez, medalla de oro en Olimpiadas de Atlanta (1996).

La ministra del Deporte, Andrea Sotomayor: “El camino es el diálogo (¿?) con las federaciones”. Y le reduce a Glenda la beca a US$ 40 dólares mensuales, la pone en categoría D, sin ropa deportiva, entrenamiento ni zapatos. Para 2018, solo ofertas.

Para 2020 US$ 50. ¡Qué irresponsabilidad y descaro! ¡Qué burla! También mediocridad en los dirigentes de la Federación Ecuatoriana de Atletismo y otros de la “revolución ciudadana”.

Morejón y Chila hacen por Ecuador lo que políticos y burócratas, soberbios y prepotentes, enriquecidos en reciente década, no hacen. “Para formar campeones hay que trabajar e invertir mucho, aunque no estamos en buenas condiciones económicas”, dijo Lenín. Los guardaespaldas de Correa ganan U$$ 7.200 por mes. Correístas alardean de joyas, sueldazos, ropa, viajes, zapatos, celulares, casas por miles de dólares. ¡Qué vergüenza!

“Lamento lo ocurrido. Esto no puede volver a pasar”, dijo Lenín Moreno.