“La corrupcion que se tolero”

Esa pasión que, con razón, le ponen muchos politólogos a sus comentarios hablados o escritos, en contra de la corrupción, hubiera querido leerlos y oírlos hace cinco décadas y no el silencio, la aceptación y hasta la aprobación de que “no importa que roben con tal que hagan obras” que oí y leí por parte de muchos educadores de la opinión pública que estaban en la obligación de impedirla.

Esa semilla de tolerancia a la corrupción germinó y ahora es un árbol frondoso que no debe dar fruto en las nuevas generaciones a las que se les debe inculcar, más bien, que hagan lo correcto por encima de lo conveniente y rentable.

Miguel Ulloa Paredes