Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

En lo laboral, ser perfeccionista tiene sus contras

A decir de la psicóloga clínica Blanca Zea, terapeuta familiar y de pareja, tener una personalidad detallista o ser excesivamente perfeccionista genera más costos que beneficios. Causa, por ejemplo, adicción al trabajo, depresión, insatisfacción, estrés laboral; y reduce consideradamente nuestro rendimiento laboral.

Y es que por dedicar más tiempo del necesario a una actividad o por aplazar un proyecto tan solo para esperar el momento ideal para presentarlo..., los negocios fracasan o tardan en llegar y la imagen del empleado se cae.

A esto se suma el hecho de que quienes lo rodean le huyen: o bien porque su comportamiento, a veces agresivo, irrita a las personas y las cansa; o debido a que es imposible trabajar con él/ella porque nada le parece suficiente. De allí que crea desconfianza en la colaboración y es capaz hasta de pasar por encima de actividades de descanso, de ocio y la familia, con tal de lograr su objetivo.

¿ Y lo logra? No necesariamente. Y es que las metas que se propone a veces son tan altas e irreales, que difícilmente puede cumplirlas. Y a consecuencia de ello, se frustra: experimenta el dolor. En otras palabras, interfiere en sus propias posibilidades de alcanzar el éxito.