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Los jóvenes todavía ven la política desde la suplencia

La cuota del 25% en las listas no implicó crecimiento de la representatividad. Un colectivo prepara una propuesta de reforma que les otorgue más visibilidad

La realidad superó nuevamente a las expectativas. Pese a las reformas introducidas en el Código de la Democracia para lograr una mayor participación de los jóvenes en contiendas electorales, a la hora de los resultados este segmento de la población siente que los avances siguen siendo limitados.

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Los últimos cambios a la Ley Electoral determinaron que las listas de candidatos que presenten las organizaciones políticas deberán incluir un 25 % de postulantes jóvenes (no se precisa la edad) para asambleístas, parlamentarios andinos y concejales, cuando se trate de elecciones seccionales.

La norma entró en vigencia en las elecciones generales pasadas y en el papel la mayoría de partidos y movimientos cumplió. Según las estadísticas que maneja el Consejo Nacional Electoral (CNE), el porcentaje de candidatos jóvenes en las últimas elecciones fue del 21,5 %, casi el doble de 2018, cuando un 12 % de postulantes tenía menos de 30 años.

Pero ni eso evitó que, por ejemplo, en la Asamblea Nacional apenas seis jóvenes de hasta 29 años ocupen una curul principal (cuatro más que en 2017), siendo superados en número por los que buscaron la reelección o ya fueron legisladores en períodos pasados.

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La participación juvenil en las últimas elecciones.

¿Qué falló? El colectivo Nueva Democracia que se identifica como una plataforma de diálogo político centrado en los jóvenes realizó un estudio que arrancó luego de la primera vuelta electoral. Entre otras cosas, encontró que muchas organizaciones políticas, con tal de cumplir la cuota, ubicaron a los noveles políticos o al final de las listas o como suplentes (hay 40 en la actual Asamblea), lo que mermó cualquier posibilidad de alcanzar más espacios de representación.

Según esta organización, en la actual Asamblea hay cerca de un 2 % de mujeres menos que en el período 2017- 2021 y un 7 % menos con relación a 2013-2017. Son 51 las mujeres asambleístas en la actualidad.

Jaime Mendoza es parte de esta agrupación que en las próximas semanas hará público los resultados de este análisis ante las autoridades electorales y servirá como preámbulo para plantear nuevos cambios al Código de la Democracia, los reglamentos electorales y la organización misma de los partidos y movimientos políticos.

La situación es aún peor en provincias más pequeñas, en las que se imponen los cacicazgos.

Jaime Mendoza, dirigente de Nueva Democracia.

Apuntan a que de ese 25 % de cuota que ya estipula la ley, se determine que el 12 % de las listas sean encabezadas por hombres y mujeres jóvenes que provengan de procesos internos de formación dentro de los partidos políticos.

“Si sumamos a los que, según los parámetros internacionales, se consideran personas jóvenes (18-35 años) con quienes ejercen el voto facultativo, la población electoral joven del país alcanza el 41 %. No pretendemos definir cuántos jóvenes deben estar en la Asamblea, pero debería haber posibilidades más altas de representatividad”, señaló.

Los cambios en la ley tampoco fueron suficientes para garantizar la participación de las mujeres en las elecciones. Según Participación Ciudadana, Cañar, Carchi, Pastaza, Sucumbíos y Galápagos no tienen asambleístas mujeres.

El tema de la formación de nuevos cuadros para que las organizaciones políticas no tengan que recurrir necesariamente a las mismas figuras políticas de siempre o, peor aún, a personalidades conocidas, pero sin ningún proceso o filiación política no es una novedad.

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Otras agrupaciones de la sociedad civil, como la Corporación Participación Ciudadana o el Observatorio Electoral también analizan presentar un paquete de reformas a la Ley Electoral vigente que contengan una reestructuración profunda para el sistema de partidos que incluya mejores procesos de capacitación para sus militantes y de selección de candidatos en las denominadas elecciones primarias. Eso podría abrir una puerta al segmento más joven de la población.

Sin embargo, el tiempo está en contra porque los cambios a la ley deben entrar en vigencia un año antes de los comicios siguientes, es decir, a más tardar en febrero de 2022 para que sean aplicadas en las seccionales de 2023.