Algarabía. Los jugadores del Delfín celebraron la obtención de su primera meta. A inicios de temporada soñaban con clasificar a un torneo internacional, hoy son finalistas y ya tienen segura su participación en la Libertadores 2018.

Idolo de Manabi y rey de la etapa

Fuegos artificiales y el inicio de la fiesta. En unísono, el grito de “Un solo Ídolo tiene Manabí... el Delfín es campeón... el Delfín es campeón... el Delfín es el campeón”.

Pitazo final. Fuegos artificiales y el inicio de la fiesta. En unísono, el grito de “Un solo Ídolo tiene Manabí... el Delfín es campeón... el Delfín es campeón... el Delfín es el campeón”.

Jacob Murillo se tiraba al piso, Luis Chicaiza y Francisco Mera lucían excitados al máximo, Francisco Silva con su look del pelo azul y entre lágrimas dedicaba la victoria a “esta gente hermosa que nos acompaña desde hace mucho. Yo perdí mi casa en el terremoto como otros perdieron familiares, esto es para todos ellos”.

En la vuelta olímpica la gente sobre la malla inferior solo cantaba y expresaba su orgullo con “héroes de Manabí”, “esta es la garra manaba”, “este equipo no renuncia”. Palabras con un sentido de pertenencia total, de un mismo sentir glorioso.

Hernán Barcos se acercó a congratular a varios jugador del club cetáceo: “felicidades porque fueron los más regulares del campeonato, tienen bien merecida esta primera etapa, y nosotros esperar mejorar en la segunda”, dijo a los micrófonos de Diario EXPRESO.

Banderas de Uruguay, Venezuela y Manabí recorrieron todo el gramado del Jocay, que hoy tiene una página más de gloria en su vida.

Los festejos se pasaron al camerino y allí no hubo cámara testigo, pero el grito de “Delfín” atravesó paredes, así como ellos rompieron paradigmas en este torneo. Manabí tiene celebración merecida.

En lo que al partido se refiere, las cosas inmaculadas llegan con algo de drama y sufrimiento. Algo que se le ha hecho costumbre a los manabitas.

El drama iba a iniciar desde los primeros minutos. Tiro libre, jugada de laboratorio y Ordóñez llegó como el no programado en el segundo palo. El brazo de la ‘Tuca’ invalidó la acción.

Los locales no iban a renunciar a su propuesta y arrinconaron a Liga. El gol parecía estar cerca, pero Delfín siendo fiel a su campaña iba a tener que nadar a contracorriente.

John Chancellor marca en propia meta y el estadio quedó en silencio por 10 segundos. Después, en alza se fue escuchando un “Vamos, vamos delfines, que esta tarde tenemos que ganar”, frase que se apoderó del Jocay.

Los reclamos se hacían una costumbre. Luis Luna se le acercó al mismo línea y le dice “¿qué te pasa?, primero el gol y ahora esto”, marcando una jugada en donde John Narváez le hace un penalti a Jordan Sierra.

A otro que no le gustaba la respuesta de los árbitros era al técnico Guillermo Sanguinetti, quien estaba incontrolable, la ansiedad lo dominaba y reclamaba constantemente.

Pero a este equipo le sobra corazón y como si de un amistoso se tratase, Delfín dio vuelta al marcador, en menos de siete minutos se inició un choque nuevo. Algarabía manabita, abrazos que no se olvidan, porque la historia de este club escribía una página dorada.

Solo a minutos del final, del festejo tan anhelado. Las contras de oro de Delfín sentenciaron el duelo, con los dos goles de Ordóñez y Chicaiza. La fiesta estaba consumada.

El balance

LO BUENO

Lindo marco

La gente manabita llenó completamente las gradas del estadio Jocay de Manta. Aproximadamente 10.000 asistentes llegaron a las dos bandejas de General. Hubo gente que se quedó afuera del escenario.

LO MALO

Sin levantar

Liga de Quito sigue sin encontrar el rumbo bajo la dirección técnica del uruguayo Gustavo Munúa. Los azucenas solo han ganado un partido en la etapa y se encuentran en zona de descenso.