Necesitaban despistar a las autoridades para expender pequeñas dosis de droga en instituciones educativas. Entonces, decidieron utilizar a sus hijos, de entre 8 y 12 años, como anzuelo.

Así operaba una pareja de esposos que, a su vez, era parte de una presunta organización delictiva dedicada al expendio de estupefacientes en varios sectores de Quito.

La red, integrada por 15 personas, era liderada por una mujer, quien se encargaba de transportar la droga en buses interprovinciales, desde Colombia. Todos fueron detenidos -la madrugada de ayer- por agentes de la Unidad Contra el Tráfico para el Consumo Interno, en un operativo denominado ‘Medianoche’ que se realizó de manera simultánea en Quito y Guayaquil (en la zona urbana y en la parroquia rural de Posorja).

En el Puerto Principal, decenas de policías junto con 17 fiscales realizaron 15 allanamientos en los distritos Portete, Sur, Posorja y en la ciudadela Samanes, al norte de la ciudad. El objetivo era desarticular una organización que se encargaba de transportar, distribuir y vender el alcaloide, especialmente en los exteriores de los colegios.

Como resultado de la redada, se aprehendieron a 13 personas; entre ellas, a un policía en servicio activo que laboraba en una Unidad de Policía Comunitaria. Brindaba seguridad a la estructura criminal.

“Esta es una advertencia que la hacemos pública... vamos a ser implacables con los funcionarios policiales que estén involucrados en hechos delincuenciales. Ya son cerca de mil miembros de la Policía que han sido desvinculados... Esto es intolerable y así como el cabo de policía ha sido detenido, cualquier otro funcionario policial, que todavía queda por ahí, será puesto a órdenes de la justicia”, dijo el ministro del Interior, José Serrano.

Dos vehículos y una motocicleta, que la estructura delictiva usaba para transportar la droga, fueron incautados. Además se decomisó 2.451 dosis de cocaína y heroína, mil dólares y varias armas de fuego.