En la misma sala en donde ensayaban los temas musicales para hacer bailar en sus presentaciones fueron velados los cuerpos de Carlos Eusebio Suárez y de su hijo Andy, pianista y bajista de la orquesta Blue Star de La Libertad.

Los dos músicos y una menor de dos años y seis meses fueron asesinados la madrugada del jueves en un inmueble del sector 24 de Mayo. Los artistas abatidos cumplían una presentación en donde se agasajaba a una cumpleañera.

Un testigo que acudió al velorio dijo que los criminales revisaron la vivienda y se escuchó a una persona que les gritó desde afuera que salgan enseguida porque allí no era: “Nos equivocamos”.

Hasta el lugar del velorio también llegaron decenas de personas para darles el último adiós y recordar anécdotas vividas con los ahora fallecidos. Entre los presentes estaban sus compañeros músicos.

Hasta el lugar del velorio llegaron decenas de personas para darle el último adiós y recordar anécdotas vividas con los fallecidos. Entre los presentes estaban sus compañeros músicos que les costaba creer lo que ocurrió.

“Ahora que estoy vivo ven a compartir conmigo y no toda la noche cuando muera. Estrecha suavemente tu mano con la mía y no apoyes tu cuerpo en mi ataúd ya de muerto”, interpretó entre lágrimas el cantante manabita Tony Acevo, quien asistió a las exequias de sus amigos del arte.

Roly Reyes, otro de los artistas muy consternado pidió a las autoridades que se encuentre a los culpables del crimen de sus compañeros. Para él, la península se ha convertido en tierra de nadie, nunca había pasado aquello.

“¡Qué culpa tenían los músicos para que los hayan asesinado vilmente! Miserables se podrán burlar de la justicia terrenal, pero no de la justicia divina. Si la ley no los encuentra, pero algún día Dios los castigará”, dijo sollozando Reyes.

Los integrantes de la orquesta Blue Star le rindieron un homenaje póstumo con canciones para despedir a sus compañeros, al ritmo de cumbia los temas “Por algo me han de recordar”, “Camino al cielo”, “Hay no se puede olvidar a quien se quiere”, “Ausencia”, entre otros temas que pusieron a llorar a los cientos de asistentes.

“El día se pone triste, tu despedida me hace llorar. Con esta nostalgia y soledad también muero por ti”, decía el coro de una de las canciones interpretado por el coro de la orquesta la Gran Rumba, agrupación que se unió al homenaje.