Fusarium en el Gobierno
El fusarium raza 4 ha levantado de sus cómodas sillas a los bananeros y al mismo Gobierno. Las casi dos décadas de advertencias y llamados de atención pasaron inadvertidos hasta la semana pasada, cuando la sospecha de un caso en La Guajira colombiana sorprendió al primer exportador mundial, Ecuador.
Ahora, con una amenaza a cuestas, sabemos que el Estado no es el único que debe actuar. Sin el concurso del sector privado no podremos pasar la crisis que se viene.
Y cuando hablamos del sector privado no nos referimos exclusivamente a productores y exportadores, sino también a cartoneras, puertos, transportación, aerofumigadoras, insumos, servicios, banca.
Los bananeros deben instalar de forma urgente sistemas de bioseguridad al ingreso y en los perímetros de sus fincas.
Es que está en juego parte de nuestra seguridad alimentaria, ya que el plátano verde es una fruta tan consumida, junto con el arroz, y con un alto valor en la gastronomía nacional, a un precio muy accesible.
Será grave, si aparece la raza 4, el impacto en el empleo, en las arcas fiscales y en la dolarización.
“Ahora, con una amenaza a cuestas, sabemos que el Estado no es el único que debe actuar. Sin el concurso del sector privado no podremos pasar la crisis que se viene”.