Los funerales del cardenal

El 22 de diciembre se llevó a cabo en la basílica de San Pedro del Vaticano el funeral de Bernard Francis Law, arzobispo de Boston entre los años 1984 y 2002 y cardenal de la Iglesia católica desde 1985. El ritual fue oficiado por Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, y estuvo presidido por el propio papa Francisco. Nada tendría de sorprendente esta noticia si no se supiera que Law fue acusado de encubrir casos de abusos a cientos de menores por parte de curas pedófilos de la diócesis de la ciudad más católica de los Estados Unidos.

En el 2015 el filme Spotlight, que obtuvo el Óscar a la Mejor Película del Año, narraba los hechos reales de la investigación de un equipo de reporteros del diario Boston Globe, presidido por Marty Baron, quienes descubrieron un patrón de encubrimiento por parte de autoridades católicas, de casos de sacerdotes que abusaron niños a lo largo de muchos años. El propio Law conocía de los hechos y se encargó de rotar a los sacerdotes acusados, quienes siguieron cometiendo sus delitos.

La Radio Vaticano calificó a la película como “honesta y convincente”, además de resaltar que ayudó a la Iglesia católica de Estados Unidos “a aceptar plenamente el pecado, admitirlo públicamente, y pagar todas las consecuencias”. Algunas autoridades católicas, como Robert Barron, arzobispo de Los Ángeles, declararon que la película era importante para ayudar a reconocer la responsabilidad de la Iglesia en esos hechos.

Tras el escándalo destapado por el diario, Law presentó su dimisión como arzobispo de Boston, sin embargo el papa Juan Pablo II lo envió a Roma y lo nombró arcipreste de la Basílica Santa María Maggiore en el 2004, donde permaneció hasta el 2011, además de que mantuvo su puesto en el Colegio Cardenalicio.

Law, que nunca afrontó cargos penales y que jamás aceptó declarar sobre el tema, murió el 20 de diciembre en un hospital romano. Al término de la misa funeraria el papa Francisco bendijo el féretro con los restos de Law y pidió que recibiera un “juicio misericordioso”. En el juicio terrenal, el cardenal quedó en la impunidad.